Concha Velasco (Valladolid, 1939) no necesita presentación. Todo el mundo que haya nacido o vivido en España sabe quién es. Se lo ha ganado tras más de cien apariciones en cine y televisión, y una treintena de montajes escénicos. Debutó en el séptimo arte con La reina mora en 1954. Durante décadas se la conoció con el sobrenombre de la chica yeyé por interpretar esta canción en el filme Historias de la televisión (1964). A sus casi 80 años afronta un nuevo montaje teatral: El funeral, dirigido por su hijo Manuel M. Velasco, que se podrá ver el 23 y 24 de marzo en el capitalino Teatro Guimerá. Sin lugar a dudas, Concha Velasco forma parte de la memoria colectiva del espectáculo de este país.

¿Cuándo dijo eso de "mamá quiero ser artista"?

Según me dijo mi madre se lo dije cuando vivíamos en Marruecos, porque a mi padre, que era militar, lo habían destinado allí. Mi padre quería ir a Canarias y creo que mi madre dijo esto porque quería volver a la Península. En ''Yo lo que quiero es bailar'', que dirigió Josep María Pou, contaba estas vivencias cantando y bailando.

Ha pasado al imaginario popular como la chica yeyé. ¿Con que papel se queda usted?

Con casi 80 años miro atrás con agradecimiento. La canción de ''La chicha yeyé'' estuvo durante muchos años en la lista de éxitos. Es una parte de mi carrera estupenda. Me quedo con todo lo que he hecho, pero como herencia de que he sido una buena actriz me quedo con la serie ''Teresa de Jesús''. También con el personaje de Juana La Loca del montaje ''Reina Juana''. En cine con ''Más allá del jardín'' y ''Pim-pam-pum? ¡fuego!''.

Algunos de sus partenaires han sido Manolo Escobar, Alfredo Landa, Tony Leblanc, Alberto Closas, José Sacristán, Fernando Fernán Gómez... ¿Con quién congenió mejor?

He trabajado con los más grandes. Siempre nombro a Pepe Sacristán porque tenemos una carrera muy parecida. Hemos empezado desde abajo. Cuando le conocí yo tenía 15 años y él 17. Y los dos seguimos en activo.

¿Nunca le picó la curiosidad lo de hacer las Américas?

Cuando era jovencita sí. Me han ofrecido trabajar en teatro en México, Miami o Nueva York, pero aquí me va muy bien. Si tengo que separarme de mi familia por un aplauso pues no lo hago. Aparte de que no hablo inglés.

¿Qué papel desempeñó en su carrera su representante Damián Rabal?

Empecé a trabajar con él con un apretón de manos y fue mi representante hasta que murió. Aparte de ser un buen representante, era un buen consejero. Un representante no es solo alguien que se lleva un porcentaje sino que tiene que ser un amigo. El año que murió, también falleció mi padre. Fue terrible. Un buen representante no solo se preocupa sino que se ocupa.

¿El teatro ha sido el único amante que no le ha sido infiel?

Es una frase que siempre repito. El teatro me permite hacer los trabajos que quiero. Hay que envejecer con dignidad. No hay que operarse de estética para seguir llenando teatros. Soy presente, no sé lo que va a pasar dentro de media hora.

En 2002 el musical ''Hello Dolly!'' ganó el Max al mejor montaje escénico, mientras queen 2012 recibió el Goya de honor. ¿Siente que su prestigio procede como intérprete de teatro y su popularidad procede del mundo del cine?

Perdona que te diga esta vanidad: Creo que soy la mejor actriz del panorama nacional. Hago cine, teatro, televisión, bailo, canto, lloro o me río. Creo que tengo una carrera espléndida en todos los sentidos.

¿La "caja vacía" ya se ha llenado?

¡Uy! Ya hace tiempo. Tengo la caja llena de los personajes que he interpretado. Pero mi vida como actriz es una cosa y mi vida personal es otra.

¿Con qué se va a encontrar el espectador que tenga la intención de ver el montaje El funeral?

Le pedí a mi hijo Manuel que me escribiera ''El funeral'' porque cuando estaba haciendo ''Reina Juana'' sufría mucho, ya que en todos los trabajos me implico a fondo. Le pedí que me escribiera algo divertido. Me gusta mucho cambiar de género. Esta obra no es Shakespeare, no es una función trascendente. Esto es un divertimento puro y duro.

¿Cómo lleva que le dirija su hijo?

Pues muy bien porque mi hijo es uno de los mejores directores con los que he trabajado. Dirige desde que tenía 8 años, cuando mi madre le regaló una cámara de cine. Yo he sido la protagonista de todas sus películas. Yo no trabajo con malos directores, la diferencia es que mi hijo me llama madre. Lo único que no he hecho es dirigir, pero elijo a los directores y a los compañeros de reparto.

¿Se piensa bajar de las tablas después de que concluya la gira de ''El funeral''?

No pienso retirarme después de ''El funeral''. Cuando se acabe la gira, en 2021, haré otra función, que mi hijo me está escribiendo ahora, aparte de otro proyecto del que todavía no puedo contar nada. Seguiré saliendo a escena siempre que no esté deteriorada físicamente. Cuando vi a Chicho Ibáñez Serrador en los Goya pensé que no debía de haber salido en silla de ruedas después de haber sido tan grande.

¿Teme a la muerte?

Solo le pido a Dios que la muerte no me sea indiferente. Una se acostumbra con la edad. Cuando era jovencita tenía ataques de ansiedad pensado en ella. Quiero que me entierren en la misma tumba que están mi padre y mi madre, y con todos los premios que me han dado en vida. Rezo todas las noches de mi vida. Soy creyente y espero que haya otra vida en el más allá.