"En el Carnaval todo es alegría... baila la calle de noche, baila la calle de día... "

¿Me tengo que creer a pies juntillas que la letra es cierta? En las televisiones suena el eco distorsionado del cantante estrella (estrellado), Manny Manuel, en su participación (convengamos en llamarla así) en el Carnaval de Día de Las Palmas de Gran Canaria. El cantante puertorriqueño, adalid del merengue y apodado El Rey de Corazones, dejó que sus niveles de alcohol en sangre superaran los permitidos, hasta que una ínclita concejala canariona de festejos y demás jolgorios, apareció sobre el escenario como si fuera una empleada de la DGT, en medio de los abucheos (improperios incluídos) del numeroso público asistente al concierto. La edil(a) lo invitó a mandarse a mudar. Quizá hubiera sido el momento propicio para la vuelta al ruedo de Ramoncín, que antes del expolio de la SGAE, entre hormigon, mujeres y alcohol, cantaba aquello de: "Litros de alcohol corren por mis venas, mujer. No tengo problemas de amor. Lo que me pasa es que es que estoy loco por privar (¿con Manny Manuel?)"...

¿Quién ha sido Manny Manuel en mi vida, qué ha representado este personaje? Ni Fu, Ni Fa. Nunca he sido un ferviente seguidor de esas veladas de regocijo popular, ni de verbenas, ni fiestas populares, con sus orquestas, bailes, tenderetes de comidas, bebidas típicas y todo tipo de chucherías. Así que, si me sometieran a un examen tipo test sobre orquestas (esencialmente gomeras o sudamericanas) y cantantes de veraneos, no creo que superara el listón del cinco. Tampoco es que sea un Fred Astaire en una pista de baile (souy más del postravoltismo). Bueno ni él, ni Ginger Rogers, frecuentaban este tipo de danza. Sin embargo, el nefasto espectáculo del chocolatero M & M ha tenido consecuencias en forma de efectos colaterales. Ha quedado estigmatizado para el resto de su vida en estas islas del sur. Tanto el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife como el del Puerto de La Cruz, cancelaron dos conciertos que tenía previsto dar en Tenerife, se supone que sobrio. Una decisión fulminante, discutida y discutible. ¿Le iba a durar la cogorza a M & M, hasta nuestro Carnaval? ¿No se podría haber recuperado el portorriqueño con alguna inyección intravenosa de vitamina B-12? Nunca lo sabremos.

Y ya puestos, ¿qué deberíamos privar los chicharreros (de corazón)? ¿Ron Arehucas en Vegueta, agua Firgas en San Telmo, una cerveza Tropical en Agaete? Sí la rica salsa canaria se llama mojo picón, la rica cerveza grancanaria se llama Tropical, elaborada por la triple C (Compañía Cervecera de Canarias). Tropical se fabrica en Las Palmas. Bajo esa denominación tenemos la Tropical Pils (la cerveza normal, de toda la vida), la Tropical Premium (algo más fuerte), y la Tropical Sin (sin alcohol) y quizás ahora sería conveniente promocionar una nueva versión carnavalera: la Tropical Manny Manuel. Por aquí no la disfrutaremos. La gente en Tenerife es alérgica a la Tropical y bebe solo Dorada. Y ahora que las comparsas, murgas y fiesteros han dado comienzo a estas fiestas mundanas, podría continuar con los controles de alcoholemia, soplar en un alcoholímetro, orinar en un botito o permitir una extracción de sangre. Aunque mejor, pasar página.

El Carnaval dejará paso a la Semana Santa y ésta a una sobredosis de comicios electorales. Y las votaciones se entremezclan con el famoseo. En una época de tridentes políticos como la del Frente Popular de la Derecha, el CRA (Casado, Rivera y Abascal), para cadenas como Telecinco o La Sexta, molaría más el RAM (Rivera, Arrimadas y Malu). Y en la espera, se sigue el juicio en el Supremo del procés con la declaración de Jordi Cuixart, empresario, activista e independentista catalán. Presidente de Òmnium Cultural, del que hemos conocido esta semana que es una reencarnación de Mohandas Karamchand Gandhi. También se convierte en trending Topics en las redes, la metedura de pata del Secretario General del PSOE, después de extraviarse en Washington por un mal uso del GPS y de votar en el parlamento a favor de la reforma de la ley del aborto redactada por el Gobierno. Sin embargo, nuestro presidente en funciones es frío como un témpano, en sus decisiones a base de decretazos, dentro y fuera de Moncloa, como si se hubiera criado jugando en las cámaras frigoríficas de alguna carnicería de su barrio natal, Tetuán en Madrid. En esta ocasión, el patinazo afectaba al poeta Antonio Machado. En un elocuente error, ubicaba su nacimiento nada menos que en Soria. ¿Soria? Escucho a Gabinete Caligari: "Voy camino Soria ¿Tú hacia dónde vas?". Ese/a Soria no debe tener relación alguna con el exministro popular de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, integrado formalmente en la mayor compañía automovilística de Canarias, Domingo Alonso Group, importador y distribuidor entre otras marcas de Volkswagen, Audi y Skoda. Continuando con la banda de Jaime Urrutia: "Bécquer no era idiota ni Machado un ganapán"... y tampoco Machado era soriano. Sin duda, el poeta debe estar revolviéndose en su tumba en Colliure, en ese turismo necrológico, tan de moda política, que me hace concluir algo tan sencillo como: no busquen a los poetas en los cementerios, sino en los libros que escribieron. Libros y poemarios que deben ser leídos en las escuelas. Ese es el verdadero recuerdo y respeto a su memoria. ¿Dónde nació nuestro Antonio Machado? Recitemos al poeta o escuchemos a Serrat: "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero". Está claro, ¿verdad? ¿Qué hemos votado para merecer esto? A la pregunta: ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué nos has abandonado? El hombre sin nombre, en El buen, el feo y el malo, contestaría: "Dios no está con nosotros porque odia a los idiotas".

Quizá todos los interlocutores políticos desean interprertar un papel en una película tan difícil de entender como Roma. ¿Qué nos intentó decir el mexicano Alfonso Cuarón? Ni idea. ¿Crees que puede al menos saberlo él como director? Lo dudo. En los últimos meses, tal vez años, la industria occidental habla sin parar del fenómeno Netflix. ¿Visionarios? ¿Revolucionarios? ¿Alquimistas? Lo cierto es que la plataforma de streaming que empezó por caer simpática a la industria del entretenimiento, fue luego copiada, más tarde temida, hasta aparecer hoy en día como un enemigo para el resto de sus rivales y competidores.¿Y qué hacemos entonces? Ante la duda, saco a relucir una frase de la película El novato: "Si quiere una garantía, compre una tostadora". Así que dejemos al purismo de la Academia en paz, y mejor acogernos al libro verde y premiar la ortodoxia de Peter Farrelly y su Green Book.

Es el signo de los tiempos, lo cante o lo beba Manny Manuel, tergiversar los hechos, la realidad, el campo de experimentos de la posverdad que hace que no nos fiemos de lo obvio, quizá porque no somos Harry el sucio y cuando vemos un hombre desnudo persiguiendo a una mujer indefensa con un cuchillo, nos negamos a aceptar que de ninguna manera está recaudando fondos para la Cruz Roja.