El correíllo "La Palma" se botó tres días antes del naufragio del "Titanic" y recibió en su telegrafía el SOS del transatlántico británico que se hundió el 14 de abril de 1912, con lo que dentro de poco cumplirá 107 años de vida. Este barco centenario, que estuvo en activo entre 1912 y 1976, y perteneció a la Compañía de Vapores Correos Interinsulares Canarios, filial de la naviera inglesa Elder & Dempster, es testigo de la historia del siglo XX de Canarias.

"Las primeras embarcaciones que surcaron las islas fueron veleros, los cuales existían desde la época de la conquista. Al depender del viento no existía regularidad y se contrataban expediciones mensuales. En 1855 surge la primera línea interinsular de transporte y carga de mercancías que unía S/C de Tenerife y San Sebastián de La Gomera", relata Juan Pedro Morales Chacón, presidente de la Fundación Correíllo La Palma.

"La introducción de vapor fue lenta en Canarias, pero pionera. En 1837 llega a Canarias el primer barco a vapor, El Atalanta. Las islas eran un punto estratégico entre Europa, América y África por lo que desde 1835 existen propuestas para iniciar rutas entre la Península y el archipiélago. El transporte marítimo a vapor comenzó a funcionar con regularidad entre islas a partir de 1888 con los primeros Viera y Clavijo y León y Castillo. Y a partir de 1912 comienzan a navegar otros seis barcos a vapor: "Viera y Clavijo II", "León y Castillo II", "La Palma", "Lanzarote", "Fuerteventura" y "Gomera-Hierro". Unían no solo los principales núcleos de población, sino los núcleos costeros que tuvieran puertos", rememora Morales Chacón.

En 1976, el correíllo "La Palma" se retira del servicio. Estuvo atracado una década en Las Palmas de Gran Canaria y llegó en 1986 a Tenerife. En 1996 nace la Asociación Pro Restauración y Conservación Correíllo La Palma, y en 2003 surge la Fundación Correíllo La Palma. Ambas reivindican su importancia histórica y su restauración.

"Es una pieza única de la navegación del siglo XX. Navegó 65 años de forma casi ininterrumpida. Solo dejó de navegar en la Primera Guerra Mundial por la escasez de carbón. Los correíllos rompieron el aislamiento histórico de las Islas Canarias y favorecieron la cohesión social, ya que no solo trasportaban pasaje, sino que llevaban cartas, por lo que su patrimonio no es solo histórico, sino social y cultural. Hay que tener en cuenta que hasta los años 60 no existían comunicaciones áreas regulares, por lo que los correíllos eran los que transportaban a los canarios entre islas. Fueron copartícipes de la emigración canaria, de las islas menores a las principales", argumenta Juan Pedro Morales Chacón.

"A todos -prosigue- se les llamaba correíllos negros porque el casco era negro y se destinaban al correo marítimo. Llevaban la correspondencia desde Tenerife y Gran Canaria al resto de islas. A los barcos pequeños, "Fuerteventura", "Lanzarote", "Gomera-Hierro" se les denominaba playeros, porque llegaban a las playas de los núcleos costeros".

Porvenir y rodajes de cine

El correíllo "La Palma", que tiene 67 metros de eslora, tenía capacidad para 197 personas y existían cinco clases sociales. En primera había un cupo de 43 personas, en segunda, 42; y en tercera, 38. El resto viajaba en cuarta y quinta. Una de las dependencias que concita la atención del barco es la cárcel (con capacidad para dos personas), que se usaba cuando había que transportar prisioneros. Allí se encerraba a los delincuentes de las islas pequeñas que se trasladaban a las prisiones de las islas mayores. Atendiendo a una invitación de la autoridad portuaria ha cambiado de posición de atraque y ahora se encuentra en la zona anexa a Naviera Armas con el objetivo de captar la atención del mayor número posible de los cruceristas que llegan a la capital. "El objetivo es que el barco vuelva a navegar. Cuando comenzó la idea de restaurarlo fue visitado por técnicos ingleses, entre los que se encontraban los restauradores del "Cutty Sark", cuya restauración costó 70 millones de libras y actualmente recibe tres millones de visitas al año. Ellos nos dijeron que la mejor condición de restauración de un barco es que navegue, porque de esa forma se consiguen más ingresos. Entre el 2008 y 2017 no hemos recibido ni un euro. Necesitaríamos entre 4 y 5 millones de euros para restaurarlo del todo y que vuelva a navegar. La idea es que pueda transportar a 150 personas en viaje diurno y 40 personas en viaje nocturno", avanza el presidente de la Fundación Correíllo La Palma. El correíllo La Palma, que se retiró del servicio en 1976 por una avería en la caldera, es el único de los correíllos que se conservaN, ya que el resto fue desguazado. Además, es uno de los pocos vapores a escala mundial que todavía existen, lo cual explica que se haya convertido en plató de cine y en su cubierta se hayan filmado películas como "Guarapo", "El clan" o "Los últimos de Filipinas", el documental "El correíllo La Palma, un centenario en la mar" o la serie "Tiempos de guerra".