La Memoria 2017 de Tenerife Espacio de las Artes (TEA), en su apartado Constitución de una comisión consultiva en materia de adquisiciones para la colección de la entidad, da cuenta de un descubrimiento capital para el conocimiento de las vanguardias históricas: un segundo número de la revista "Índices", dirigida y publicada por el poeta Domingo López Torres.

Y es que, hasta ahora, toda la literatura referida a esta revista menciona la existencia de un solo número. "En cierto modo, se trata de un eslabón perdido, una suerte de hallazgo que lo cambia todo. Nos da más información acerca de un momento crucial sobre la vanguardia insular y la historia de las vanguardias españolas", explica con pasión Isidro Hernández, conservador jefe del TEA.

La sensación que le provocó a Hernández este descubrimiento fue, primeramente, la que procede de la mirada del investigador y de quien rastrea estas cosas. "El Cabildo está desarrollando una magnífica labor de rescate y conservación. Hace tiempo venimos incorporando colecciones documentales, como el caso de los libros ilustrados del artista Óscar Domínguez. Ha habido que ir poco a poco, de forma pausada, pero metódica y continuada. Se han incorporado otras, como el Fondo Huidobro, el César Moro, colecciones vinculadas a proyectos concretos, como la de Bernardo Chevilly...".

Pero una colección no se hace en dos días; se trata de un proyecto a largo plazo, en el que intervienen muchas personas en el tiempo y que, en cierto modo, nunca acaba.

Este número procede de una colección particular de Barcelona. Cuando Isidro Hernández recibió la noticia de su existencia, lo asaltaron las dudas, porque se hablaba de dos números de "Índice". Él, entonces, replicó. "Serán dos números del ejemplar conocido. Pero cuando vemos las imágenes caemos en la cuenta de la sorpresiva y emocionante realidad".

Todos los miembros de la revista "Gaceta de Arte" están muy bien conectados con el exterior. Por ejemplo, López Torres figura entre los dos únicos españoles que aparece en una encuesta publicada por la revista "Minotaure", en un número en el que se plantea a determinados escritores e intelectuales cuál es el encuentro crucial de sus vidas.

Se ha escrito mucho y bien sobre las vanguardias desde el ámbito universitario, tanto en el caso de filólogos como de historiadores del Arte, y parecía que se habían agotado las materia de estudio. Pero lo cierto es que la aparición de este nuevo número va a provocar la revisión de todo lo escrito. "Nuestra idea", subraya Hernández, "era la de organizar unas jornadas, un pequeño seminario sobre la revista, contando para ello con investigadores y estudiosos".

Una hipótesis que se baraja es que el autor haya remitido este número de la revista a un amigo radicado en Barcelona y que allí haya sobrevivido. "Y a lo mejor por esa trayectoria externa, la revista se ha podido conservar. Ciertamente, aquellos poetas e intelectuales que la tendrían en su poder habrían decidido desprenderse de ellas".

Se trata de una publicación que llama la atención "porque personajes de la vanguardia que fueron padres intelectuales de toda una generación, como son Domingo Pérez Minik y Eduardo Westerdahl, no dieran cuenta de ella", cuestiona el conservador, hasta el punto de que el profesor Salvador Montenegro, en un artículo publicado en 1981 en el suplemento "Jornada Literaria", del diario Jornada Deportiva, se refiera a la revista como "una publicación de la que no teníamos conocimiento".

Es un caso similar al del "Boletín Internacional del Surrealismo", que dio a conocer el profesor Brian Morris, y del que no se tenían noticias ciertas y cuyos números también se conservan en el TEA.

En definitiva, los contenidos de esta revista, y así lo comenta Pérez Minik en sus escritos, resultan muy sensibles en un contexto sociohistórico determinado. "De hecho fueron retirados y aquellas personas que los poseían hicieron lo posible por hacerlos desaparecer por temor a las represalias".

Es más, seguramente, esta publicación, por su decidido carácter marxista, es muy probablemente la causa del encarcelamiento de López Torres en Fyffes y su posterior asesinato en la bahía de Santa Cruz. No ocurre con otros, pero sí con él, el más escorado hacia la izquierda".

Hasta ahora se había pensado, y así aparece referido en el "Diccionario de las vanguardias en España, 1907-1936", publicado por Alianza Editorial y obra de Juan Manuel Bonet, que "Índices" era una revista de una sola entrega y así, también, se reproduce en la edición facsímil publicada por el Gobierno de Canarias en el año 1992 por Carlos Gaviño, a cargo de Andrés Sánchez Robayna y con un estudio de Nilo Palenzuela.

López Torres "arma" una revista más documental que literaria. "En efecto, se trata de una revista con vocación marxista, donde laten contenidos de lucha social".

Hay que pensar en la máxima del compromiso, en el surrealismo al servicio de la revolución. En cierto modo, el tránsito que se da entre la revista "La Rosa de los Vientos", publicación literaria de carácter creacionista; "Cartones", con una vocación regionalista y que indaga en los signos insulares propios; "Gaceta de Arte", con una dimensión internacional, un crisol que se hace eco de las tendencias del momento, y, por último, "Índice", donde se apuesta por un compromiso social claro, "con un escoramiento hacia la izquierda y un reflejo de cómo la poesía y el arte del momento se convierte en militante, al servicio del proletariado".

La revista -que se imprime en la imprenta Sans, de Santa Cruz, la misma que sacó parte de la colección de "Gaceta de Arte"- tiene carácter de boletín, en el sentido de que el primer número está fechado en marzo de 1935 y este nuevo hallazgo tiene fecha de abril del mismo año. "Al ser mensual, podría pensarse en eso", dice Isidro Hernández.

Y están también muy presentes los contenidos sociales. A propósito, aparece un artículo, obra del doctor Tomás Cerviá, sobre el Dispensario Antituberculoso Central de Santa Cruz de Tenerife, inaugurado en el año 1933, que está referido a la higiene estética en la nueva arquitectura. "Hay que pensar que, por aquel entonces, barrios de Santa Cruz como El Cabo, Los Llanos y otros eran zonas muy degradadas, con profundos problemas sociales y también higiénicos", señala Hernández, quien precisa cómo en el caso de "Gaceta de Arte" también existe una reflexión sobre la arquitectura racionalista al servicio de la clase obrera.

Esta segunda entrega de "Índice", de nuevo reúne una serie de artículos de carácter sindical, de inspiración socialista, de hondo compromiso político y, a lo largo de sus páginas, se suceden desde un poema de Rafael Alberti hasta otro inédito de Emeterio Gutiérrez Albelo, que se indica es fragmento de un libro en preparación que bien podría ser "Enigma del invitado".

A juicio de Isidro Hernández, un personaje como López Torres es, sin duda , uno de los más interesantes de la vanguardia, "un gran poeta", que ya asomó con una obra como "Diario de un sol de verano", donde se manifiesta su vanguardismo "joven y hasta deportivo, incluso", que mantenía una estrecha amistad con Óscar Domínguez y así consta en documentos fotográficos de su época de juventud, donde ambos contemplan cuadros y parecen decidir cuáles debían colgarse en la exposición.

Y llama la atención sobre el hecho de que una revista como "Gaceta de Arte" la hubiera parido un grupo de poetas y además, autodidactas, que, primeramente, se intitula como órgano de expresión contenporánea de la Sección de Literatura del Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife.

"Lo interesante es que López Torres nos da el perfil de un personaje pleno, de un surrealismo muy versátil". En el libro "Lo imprevisto", escrito en prisión, "tiene mucho de surrealista y el proceso de su poesía responde a la evolución de la vanguardia: desde una primera escritura surrealista, de juventud, a otra subversiva y transgresora: la imagen utópica de la regeneración social".

Isidro Hernández

CONSERVADOR JEFE DE TEA

Sánchez Robayna: una revista de juventud

En la nota preliminar de la edición facsímil "Cartones (1930) e Índices (1935)", editada por el Gobierno de Canarias en 1992, el catedrático, poeta y ensayista Andrés Sánchez Robayna subraya sobre Índice que se trató de una "revista casi absulutamente secreta" y señala que fue en 1981 cuando "se nos da cuenta de la existencia de esta revista de juventud". Destaca a un López Torres "fuertemente comprometido conlos valores del surrealismo y del marxismo" y pone el acento en el hecho de que "no se conocen otros números de Índice", aunque llama la atención sobre una "Entrevista de Índice a André Breton" (Galería Multitud, Madrid, 1975), realizada en mayo de 1935, "que hace pensar en, al menos, un número más de la revista de López Torres", decía entonces de manera premonitoria. "No se ha encontrado ese número; tal vez se trate solo de un texto que iba a ser destinado a la revista, y que López Torres prefirió firmar con el nombre de la publicación". En todo caso, para Sánchez Robayna lo sustancial era "divulgar lo que constituye hoy por hoy un rarísimo documento", una publicación que"no duda en hablar abiertamente de un arte al servicio del proletariado, y que se alinea junto a otras revistas españolas de la época de parecidos planteamientos", concluye.

Nilo Palenzuela; de combate o acción

El también catedrático, poeta y ensayista, en su estudio titulado "El proceso de las revistas canarias de vanguardia: de La Rosa de los Vientos a Índice", y sobre esta última dice que "viene a situarse, como se indica en la primera página, más cerca de lo documental que de lo literario" y se refiere a ella como a una publicación "de combate o acción, en la que destaca el equilibrio de Westerdhal y la radicalidad política de sus otros colaboradores". Y enumera: "Un texto sobre la organización sindical, un dibujo de Grosz y un autorretrato de Tombrock, la admiración ante el clamor popular que despierta el Congreso Internacional de Escritores Proletarios (...) revelan a todas luces la visión del nuevo orden que encarna la URSS". Si bien considera Palenzuela que lo más interesante es una encuesta que en 1933 realizan Paul Éluard y André Breton en la revista parisina "Minotaure" sobre el encuentro capital en la vida de una persona. "Responden entonces numerosos artistas, intelectuales o poetas; entre ellos se encuentran dos españoles, Giménez Caballero y Domingo López Torres". Y en "Índice" se reproducen dos contestaciones.

López Torres: la vitalidad

Domingo López Torres (1910-1937) nació en Santa Cruz de Tenerife. El más joven de los vanguardistas canarios estuvo muy ligado al mar y al puerto desde su infancia. Siempre destacó su labor autodidacta. Con apenas dieciséis años participa en algunos proyectos y publicaciones como "Hespérides" o el grupo Pajaritas de Papel; colaborará en periódicos y revistas como La Prensa, La Tarde, El Progreso, El Socialista, "Cartones", "Índice", donde se muestran, con mayor radicalidad, sus postulados políticos y "Gaceta de Arte", revista de la que fue redactor. A partir de 1930 su compromiso político izquierdista se acrecienta y también su impronta surrealista. Cuando André Breton visita Tenerife con motivo de la exposición surrealista, en 1935, López Torres escribió algunos de los artículos sobre el surrealismo más sobresalientes. En este mismo año, en que se publica Índice, entrevista al propio Breton y, un año después, colabora con Westerdahl en una monografía sobre Hans Tombrock. El año en que estalla la guerra civil, López Torres es apresado y llevado a la prisión de Fyffes; allí convive junto al artista plástico Luis Ortiz Rosales, que había realizado la portada del único número de "Índice". En este ambiente escribe los poemas de "Lo imprevisto", ilustrado por Rosales. En febrero de 1937 es vilmente lanzado desde un barco nodriza al mar en un saco.