Esta investigación de muchos años es el resultado de la recopilación y el estudio de un amplio conjunto de fuentes documentales localizadas en protocolos notariales canarios, archivos de conventos, documentos del Archivo General de Indias y también archivos americanos.

A partir de ese corpus, el catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna (ULL), Manuel Hernández, ha ido reconstruyendo la trayectoria histórica de un episodio singular: el papel que desempeñaron en el Nuevo Mundo una serie de frailes isleños que buscaron su futuro en aquellas tierras al margen del control de la Corona española.

En "Al margen de la Corona. La emigración del clero regular canario a América en la edad moderna", publicado por Ediciones Idea, "el hecho singular es demostrar cómo los frailes canarios no participaron del sistema de las misiones, porque las Islas quedaron excluidas", refiere el investigador, "una situación que contrasta con el resto de regiones de la Corona".

El caso de esta exclusión, en opinión de Manuel Hernández, se explica porque Canarias y el Nuevo Mundo se conquistaron y colonizaron al mismo tiempo y, asimismo, porque en la Corona estaba extendida la idea de que "los frailes canarios se dedicaban al contrabando y al negocio, idénticas acusaciones que se hacía con los emigrantes canarios".

Lo cierto es que cualquier fraile que emigrase hacia América debía contar con el permiso del Consejo de Indias, "dado que América, al igual que Canarias, estaba incluida en lo que se denomina patronato regio, de forma que era la Corona quien establecía la política religiosa en estos territorios".

Este flujo fue bastante considerable, según destaca el catedrático, "porque en Canarias, a partir del último tercio del XVII, se había experimentado un enorme crecimiento de conventos religiosos, pero debido a la mala situación económica, veían en los frailes la posibilidad de subsistencia, dado que el resultado de sus negocios iba directamente al convento donde se habían formado".

Este argumento explica que muchos frailes se dedicaran, y además con éxito, al renglón comercial, sobre todo en México, Cuba y Venezuela. "He registrado muchos casos", dice.

Otro tema que se aborda en este estudio es el referido a la aparición, en el siglo XVII, del fenómeno conocido como criollismo, "que en los frailes se materializa por cuanto el crecimiento de las ciudades provoca la presencia de un clero regular criollo", una identidad diferenciada.

La Corona promulgó las llamadas Leyes de las Alternativas, de forma que el provincial de la orden se elegía cada tres años, alternándose criollos y peninsulares. "Los canarios jugarán un papel importante, al aliarse con los criollos desplazando a los peninsulares".

Esta situación generó grandes pleitos, hasta el punto de que en la provincia mexicana de Michoacán se planteó expulsar a los canarios como "ilegales", acusados de ser criollos y no poder participar en la alternativa.

Una bula de la Santa Sede consideró a los canarios como americanos, en contraposición con las tesis del Consejo de Indias, que falló que los isleños se consideraban españoles, adscritos a la Corona de Castilla.