El maestro ronero Nelson Hernández volvió a deleitar estos días con sus apuntes magistrales acerca de los orígenes del Ron Diplomático de Venezuela y, en esta ocasión, en su gira por varios puntos de las Islas, ofreció datos específicos de elaboraciones y producciones que ya son un mito internacional en este tipo de destilados.

Propiciado por Insular Canaria de Bebidas (Incabe)-Heineken, empresa canaria que distribuye los rones en el Archipiélago, una serie de expertos restauradores y periodistas acudieron a las catas, que, además, suelen estar acompañadas por el detalle de maridajes con chocolate y cacao, en esta ocasión los de Benush Chocolaterie.

Hernández, respaldado con una serie de destilados originales, miel y melaza original traídos de la compañía venezolana, situada a unos 350 kilómetros de Caracas, expuso una serie de conceptos que refuerzan el porqué de la excelencia de este Ron Diplomático, en cada gama, que se hace fuerte entre los fabricantes de otros países elaboradores. El propio Nelson Hernández remarcó, por ejemplo, que no era baladí el conjunto de factores como la ubicación o "nuestra gente, la que hace posible cada producción ronera de una compañía 100% venezolana capaz de haber llegado a cotas mundiales de reconocimiento gracias a una labor que ha llevado esta marca a 80 países".

Fue conciso el maestro ronero con las explicaciones acerca de cuestiones relacionadas con la defensa medioambiental, la social, la salud de los trabajadores, transporte gratuito y también, cómo no, del porqué de una condiciones únicas que aportan el enclave natural donde se ubica la factoría (en la zona entre Barquisimeto y Araquigua) que ofrecen una humedad y otros baremos para obtener verdaderos elixires reconocidos en todo el planeta.

Todo ello en graduaciones y registros que son respetuosos con la denominación de origen venezolana, tanto en los procesos de elaboración como en las melazas y mieles que dan esos maravillosos productos ligeros o semi-complejos.

Nelson Hernández explicó también los tipos de destilados, barricas, levaduras propias y una serie de sistemas de destilación que hacen que filosofía, productos y tiempo, además de tipología de barricas de guarda, confiera esas tonalidades, matices gustativos a cual más interesante en cada una de las gamas.

Los catadores, bolígrafo en mano. pudieron apuntar secuencias de recuerdos frutales, florales, en algunos casos tan cercanos a la sutileza y al elixir producto del tiempo. Maravillas que cada año son muestreadas para que se mantenga la máxima calidad exigible. El maestro ronero habló de blend (combinaciones) exquisitos, escalas de personalidad desde un Mantuano a un Ambassador, cada cual exponente de unos estilos y para unos consumidores que en cada caso persiguen singularidades aromáticas, recuerdos a madera, cítricos, etcétera.

La chocolatera Benush propuso también un ejercicio interesantísimo con chocolates de Venezuela, Santo Tomé? y los catadores tuvimos la oportunidad de entremezclar sabores y elegancia para transmitir hoy aquí que muy bien podemos hacer lo mismo en casa y disfrutar de maridajes realmente sorprendentes o de una copa elegante en un momento de serenidad.