Estamos en fechas para cumplir sueños y eso es precisamente lo que ha sucedido con centenares de cantantes aficionados que anoche pudieron interpretar en el Auditorio de Tenerife "El Mesías", de Händel, en el tradicional concierto de la Obra Social de La Caixa, una audición de carácter participativa.

Y es que nada menos que 160 voces ilusionadas, procedentes de seis formaciones corales tinerfeñas, acompañaron a la Orquesta del Siglo XVIII y la Capella de Amsterdam, junto a un conjunto de solistas y el público, unidos bajo la batuta del prestigioso director británico Daniel Reuss.

Desde las butacas, ese más de un centenar de cantantes no profesionales, de diversas edades y procedentes de agrupaciones como la Coral Reyes Barlet, la Coral Universitaria de La Laguna, Coro Carpe Diem, Coro de la Escuela Municipal de Música y Danza Villa de La Orotava, Coro Juvenil David Goldsmith y el Coro Polifónico de la Universidad de La Laguna rompieron la tradicional barrera entre el escenario y el público, suprimiendo así el tradicional comportamiento que se sigue en los conciertos.

El elenco de solistas estuvo integrado por la soprano Ruby Hughes, la mezzosoprano Luciana Mancini, el tenor Stuart Jackson y el bajo James Newby.

Y "El Mesias" volvió a obrar el milagro. Este oratorio, una composición ocasional y probablemente irrepetible, marca para muchos el comienzo de la Navidad.

La primera parte cubre la anunciación de la llegada de Cristo realizada por varios profetas. Tras una sinfonía musical, el tenor cantó una pieza fundamental, "Comfort ye, my people", que expresa las buenas nuevas del futuro nacimiento del Mesías, seguido por "And the glory of the Lord", la primera intervención del coro.

Inmediatamente después se inició la segunda parte, con la canción más larga y trágica, "He was despised", interpretada por la contralto, que reflejó los sufrimientos por los que Jesús tuvo que pasar antes de su pasión y muerte. Tras varias piezas en que la resurrección ya es un hecho, el segundo acto terminó de forma triunfante con el "Aleluya", que proclama "la resurrección del rey de reyes y del amo de amos".

La tercera y última parte tiene nueve piezas, de las que destacaron "The trumpet shall sound", interpretada por contrabajo y una trompeta que anuncia que los muertos se levantarán incorruptibles. Y "El Mesías" termina así con el "Amén".