La imagen del cuerpo humano heredada de las vanguardias artísticas del último siglo y la que han reproducido los medios de comunicación de masas son realidades que captan la atención del tinerfeño Ubay Murillo (Santa Cruz, 1978) durante los últimos años, ideas sobre los que ha "opinado" a través de su reciente trabajo.

Algunas de las reflexiones que ha experimentado durante este periodo las ha traducido, en parte, en la treintena de obras, entre pinturas, collages e instalaciones escultóricas, que presenta, hasta el 8 de diciembre, en la galería Artizar de La Laguna, bajo el título "Un cierto dominio".

La propuesta plástica de este sugerente creador residente en Berlín es, según él, "una especie de revisión del arte que tiene que ver con la forma que tenemos de nuestra propia imagen del cuerpo a través de la que ha proporcionado el arte y los medios de masas, que casualmente tienen mucho que ver con las que facilitaron los artistas de las vanguardias. Ese punto de unión, esas conexiones, esa historia de la imagen del cuerpo es en lo que se inscribe este trabajo", explicó.

La tesis que defiende Murillo sobre como se construye esa imagen del cuerpo masculino o femenino está muy presente en cualquier revista de tendencias, de moda o en las campañas publicitarias que inundan los medios.

"Todas esas imágenes han sido tamizadas de algún modo por los artistas de vanguardia, que cuando empiezan a decaer son asumidas por los medios de masas, principalmente por las revistas de moda. Han traspasado toda la historia y, de algún modo, perviven de forma latente en todas esas publicaciones que compramos mensualmente".

Aquella etapa de pintura narrativa que caracterizó la primera época creativa de la obra de Ubay Murillo ha derivado hacia el lado contrario. "Aquí hay mucho y poco de narratividad entendiéndola como la pintura que pueden hacer Martín&Sicilia. Digamos que la narración ya no se encuentra dentro del cuadro, sino fuera".

Durante los últimos seis años, este artista ha trabajado e investigado en un de arco temporal que comprende casi un siglo, desde el año 1900 hasta la actualidad, en el contexto histórico y social en el que habita. "Ahí hay una narrativa, pero no es visible como la que se puede ver en la pintura que hacía antes".

Un elemento que si está muy presente en la obra que producida últimamente y en sus inicios es la figura humana. "La figura humana es, básicamente, el motivo por que el que existe esta exposición. Lo que pasa es que la figura humana parece ausente. Todo lo que nos encontramos son formas y detrás de esas formas, normalmente, hay una figura humana".

"Tiene mucho que ver -puntualizó- con el surrealismo, con el cubismo, con el futurismo, con todas las vanguardias que empezaron a formalizar el cuerpo hace un siglo, con todas esas distorsiones y fragmentaciones que son un eco también de lo que estaba pasando en esa época, las guerras mundiales, la crisis económica del 29, porque no sólo nos estamos refiriendo a un cuerpo físico, sino también a un cuerpo social, a la sociedad. La figura humana es fundamental para entender esta exposición porque, básicamente, va de eso, de cómo vimos el cuerpo en este último siglo y, de algún modo, puede ser una especie de prospección de lo que nos espera. El tiempo lo dirá".

Es evidente que este autor plástico, que trabaja con galerías de México, Italia y Alemania, entre otros países, considera que el arte responde al contexto de la época en la que se desarrolla, motivo por el que para algunos puede cumplir un papel social, una acción. "Esta exposición que hago tiene algún tipo de función social. Los artistas que estaban haciendo obra en esa época tenían una función social, los medios de masas y las revistas de tendencias de las que parten estas imágenes".

Otro aspecto importante de la obra que da a conocer actualmente es la irrupción de nuevos materiales como soportes de sus composiciones, además de los tradicionales lienzo y papel, como son la porcelana, el mármol, el metracilato o la madera, entre otros.

Como asegura el crítico Sira Pizá, "Ubay recrea estos objetos-signo del estatus: materiales preciosos, formas apropiadas o experiencias únicas que proyectan el lujo sobre nosotros, no ya solamente sobre el que los adquiere como productos, sino sobre todo aquel que vive en el mismo régimen donde impera su reinado".

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