La industria cinematográfica no pasa por su mejor momento, de hecho, "sufre", porque ya no se hacen películas "interesantes" y todo lo que atrae es, según el cineasta británico Stephen Frears, "el cotilleo y el espectáculo".

Otra época completamente diferente para este sector era la comprendida entre 1930 y 1960 y porque "cuando (Luis) Buñuel hacía películas el mundo era completamente distinto", según ha reconocido en una entrevista con la agencia EFE.

Frears ha participado hoy en uno de los eventos programados dentro del festival de las ideas de Segovia, el Hay Festival, donde ha repasado su trayectoria profesional desde su gran éxito "Mi hermosa lavandería" (1985).

El creciente desinterés que muestra una parte importante de la sociedad hacia el séptimo arte es uno de los motivos de su decadencia, tal y como ha señalado el director.

También ha puesto en tela de juicio la tendencia hacía las películas irreales y fantasiosas, más alabadas por el público, pero que abandonan asuntos "más serios", sobre los que sin duda uno también puede hacer chistes y bromas, advierte.

El principal reto que tienen por delante los diferentes miembros de esta industria es "conseguir que el público salga de casa y vaya a las salas de cine", señala Frears, quien reconoce que en la televisión se pueden ver películas cada vez mejores y más nuevas.

Los cambios que han marcado la historia reciente del cine son técnicos y asociados a la aplicación de las nuevas tecnologías y los efectos especiales que a las historias en sí, no obstante, afirma que la esencia de cualquier guión sigue estando en su "originalidad" y la "frescura".

Escoger el guión en el que se va a trabajar es un proceso tan complejo e intuitivo como enamorarse, y es que, a su juicio, es muy difícil centrarse en criterios objetivos y predeterminados porque lo principal es que la historia que hay que llevar a la pantalla "te llene, te emocione y te produzca sentimientos".

El director de películas como "La Reina" (2006), "Philomena" (2013) y "Las amistades peligrosas" (1988), considera que la risa es una de las mejores cualidades de las personas, por eso, a pesar de no ser un género fácil, ya que requiere saber escribirlo e interpretarlo, siempre ha estado muy vinculado a la comedia, también a las películas históricas,

Por otra parte, se declara un aficionado a las "sorpresas" y, aunque reconoce que nunca quiso hacer una película sobre la Reina de Inglaterra, para él es un placer abrir un sobre y descubrir un texto que le lleva a "nuevos mundos" y por tanto nuevos retos.

Eso sí, afirma con rotundidad que no abordaría problemas de la política actual, como el "brexit" o la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE), ya que a pesar de que lo considera "una tragedia, un escándalo y una estupidez" sobre la que se podría escribir es necesario poner "un poco de distancia" por lo que, ha apuntado, que dentro de diez años, cuando se conozca el desenlace y las consecuencias, será el momento de llevarlo al cine.

A pesar de su éxito y de las numerosas propuestas que recibe, Frears comenta que en este momento se encuentra "en el paro", eso sí, estudiando los continuos guiones que recibe para ponerse a trabajar pronto en una nueva producción.

Tal vez ésa con la que consiga el anhelado Óscar que se le ha escapado de las manos, o como él mismo dice, se lo "han robado" en dos ocasiones, con "Los Timadores" en 1990 y con "La Reina" en 2006.

Sobre este galardón, indica que sería maleducado no admitir que es "una espina clavada" conseguir la estatuilla, y bromea con que, en este aspecto, es "igual de corrupto y trivial que todos los demás".