España tiene 29 denominaciones de origen protegidas y la Real Academia Española de Gastronomía apunta de estos aceites de los Montes de Toledo, de donde procede Montón Alto, que se encuentran entre "los mejores del mundo". No ha pasado desapercibido para Insular Canarias de Bebidas (Incabe), que suma a sus productos de calidad el único Virgen Extra en España con certificado AENOR de calidad.

De sobra está decir que el aceite de oliva español es uno de los estandartes de nuestra gastronomía y que el liderazgo de España en el sector se asienta en diversos factores. Por ejemplo, cuenta con el 25% de la superficie de olivar del mundo, 2.584.564 hectáreas, donde se cultivan alrededor de 340 millones de olivos.

Pero centrémonos en Montón Alto, en Castilla-La Mancha. Si pasamos por la zona de los Montes de Toledo y nos encontramos con una de esas tabernas donde la caza es el acicate para los gastrónomos, nos faltaría tiempo para probar un venado con un arbequina. O el cornicabra (equilibrado gustativamente que es primor). Tenemos la oportunidad de dar la pincelada a nuestro test cárnico con el coupage de ambas variedades. Sublime.

Las virtudes organolépticas de este ingrediente fundamental de la dieta mediterránea tienen el aval del prestigio cosechado en un mercado tan competitivo como el español, que es la primera potencia mundial de esta industria. Como decíamos, la Real Academia de Gastronomía nacional sitúa en los Montes de Toledo la cuna de los "mejores aceites de oliva del planeta".

Vayamos al "Arbequina". Es la variedad característica de Cataluña (Tarragona y Lérida) y del Alto Aragón, aunque su cultivo se ha extendido a prácticamente todo el país. Toma su nombre de la localidad leridana de Arbeca.

Da un aceite muy fluido, dulce y en el que casi no se perciben sabores amargos o picantes. Su aceite de oliva presenta un aroma frutado de aceituna, manzana, plátano y almendra.

Qué decir del cornicabra. Este tipo de aceituna constituye la segunda variedad española en cuanto a superficie cultivada. Se encuentra fundamentalmente en las provincias de Toledo, Ciudad Real y Madrid, aunque también se cultiva en las provincias de Cáceres y Badajoz. Su nombre hace referencia a la forma curvada del fruto que recuerda al cuerno de la cabra.

Sus aceites de oliva virgen extra son muy aromáticos, con frutado de aceituna y otras frutas entre las que destaca la manzana. En boca se aprecian notas herbáceas de hoja de olivo, con un ligero sabor amargo.

La fábrica de la marca en la que confía Incabe, construida en 2007 en medio de una finca de 140 hectáreas de olivares, recibió en 2010 el premio nacional a la Mejor Almazara, que entrega la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO). Solo un dato.

Este sello reconoce la autenticidad y cualidades alimentarias de la marca castellano-manchega. Esto se garantiza a través de un riguroso sistema de trazabilidad de cada una de sus botellas mediante un número de lote que permite conocer con exactitud la parcela concreta y los olivos que se emplearon para elaborarlo.

Cabe resaltar que la Marca España lo incluya en su lista de los Mejores Alimentos y Bebidas producidos dentro de nuestras fronteras.

Por fin, el coupage ensambla ambas maravillas en un producto equilibrado y elegante que en la cata directa ofrece todas las singularidades de los Virgen Extra y con una persistencia gustativa agradable.

El aceite de oliva Virgen Extra es el de mayor calidad del segmento. Se obtiene directamente de aceitunas en buen estado únicamente por procedimientos mecánicos, con un sabor y olor intachables y libre de defectos, no pudiendo sobrepasar su grado de acidez los 0,8, expresado en porcentaje de ácido oleico libre. La mediana de defectos ha de ser igual a 0 y la mediana de frutado mayor de 0.

La tradición del cultivo del olivo fue introducido en España por los fenicios en el siglo 1100 a.C., aunque empezó a adquirir relevancia con la ocupación romana, hasta convertirse Hispania en la principal proveedora de aceite de oliva del imperio por su calidad.

El de oliva virgen, en cambio, puede llegar hasta los 2 grados de acidez y la mediana de defectos puede subir hasta 3,5.

Un entorno privilegiado

La finca está situada en San Martín de Pusa, en Castilla-La Mancha. Cuenta con más de 140 hectáreas y un olivar de 32.000 árboles de las variedades cornicabra, arbequina y hojiblanca. El agua de riego proviene de un pantano de cinco hectáreas.

Contar con una finca propia que reúne las condiciones agronómicas, de instalaciones y de equipo necesarias, permite a la marca producir este excepcional "aceite de Pago".

Cuestión de principios

Un detalle realmente significativo: la fábrica se encuentra en medio de los cultivos para minimizar el tiempo que transcurre desde que las aceitunas son recolectadas hasta que el líquido "tesoro" es embotellado, algo que repercute mucho en la calidad del producto.

El edificio se levantó en 2007 con un cuidado diseño que apostaba por su integración al entorno, lo que le valió tres años más tarde el premio nacional a la Mejor Almazara, que entrega anualmente la Asociación Española de Municipios del Olivo (AEMO).