Daniel Abreu repite su presencia en Cuadernos Escénicos. Ha estado en casi todas sus ediciones, gracias a una bonita relación que tiene con Roberto Torres, director artístico, y piensa que este festival "demuestra que la danza contemporánea es una manifestación más. No hay que darle siempre sentido y esta cita lo demuestra con los actos a reventar de público", dice el matancero recientemente laureado en los Premios Max.

El bailarín canario se encuentra embarcado en la creación de la compañía de danza del Auditorio de Tenerife: Lava. "Mi labor es que salga con la fuerza que debe. Estoy dispuesto a hacerlo y toca que salga de mi mano", afirma, y desvela que se encuentra en proceso de selección de bailarines y que los tres primeros puestos ya los ocupan artistas canarios.

Algo que confirma las declaraciones del director artístico de Cuadernos Escénicos, Roberto Torres, con respecto a los bailarines canarios y con las que está de acuerdo Abreu. "Hay algo de emocionalidad y hay que decir que la danza posiciona a Canarias en el mundo gracias a los bailarines de aquí", explica.

Pero el artista piensa que con el talento también va el complejo. "En Las Palmas tenemos el festival de danza más importante del mundo: el Masdanza. Canarias está conectada con la danza, es así y hay que aceptarlo. Hay mucha facilidad para bailar", dice Abreu.

A propósito, el premio Nacional de Danza de 2014 admite que es reconocido en su tierra una vez ha sido reconocido fuera. "Hasta que no eres alguien fuera no eres nadie aquí. No me preocupa por mí pero sí por las generaciones futuras", confiesa. Habla una vez más de Roberto Torres y de Natalia Medina, directora de Masdanza, de quienes piensa que "no tienen el lugar que la vida les está dando. Hay que cuidarlos más y podrían tener una posición más cómoda".

Daniel Abreu sostiene que un festival como Cuadernos Escénicos es necesario para cubrir las necesidades del alma. "En este primer mundo tenemos las necesidades básicas cubiertas, pero las necesidades del alma no. Cualquier manifestación cultural que te toca te hace más grande, ese día te vas a dormir algo mejor", dice.

En este sentido, se entiende que Garachico cubre esas necesidades del alma. Abreu considera que el equipo cultural del consistorio y el Teatro Victoria son "merecedores de una bonita mención. Somos unos privilegiados nos guste o no la danza, porque nos ocupamos del alma", explica.

Cambiando de tercio, el matancero asegura que "ahora mismo me encuentro en un buen momento de mi carrera. La gente de fuera de la danza ahora sabe quien soy yo. La gente empieza a conocer que hay otros caminos mediante los que posicionarse". No obstante, el bailarín seguirá trabajando igual, con o sin premios. Es algo que tiene muy claro y lanza un consejo para los bailarines: "que cada uno haga lo que tenga que hacer".

"No puedo decirle a nadie lo que tiene que hacer. Lo único que le puedo pedir, por ejemplo, al responsable de Cultura de cualquier lugar es que haga su trabajo. Siempre se nos cuela la queja, el cansancio? y eso hace que seamos infelices", explica el bailarín.

Tras Cuadernos Escénicos a Daniel Abreu le espera Finlandia, lugar al que irá para trabajar sobre Lava. Más tarde, se sumergirá dos meses en una intensa gira por Sudamérica y EEUU.

Y en cuanto a dónde se siente más cómodo, si bailando o enseñando, señala que lo más difícil es montar una pieza en tan poco tiempo, asegura y confiesa que el nivel del alumnado es muy alto y "son un grupo muy versátil".