El surrealismo pop de Kenny Scharf, el artista que se dio a conocer junto a Jean-Michel Basquiat y Keith Haring en los años 80, llega a la Opera Gallery de Londres con once nuevas obras, en su primera muestra en la ciudad en diez años.

La exposición, titulada "Blobz" y presentada este lunes a los medios de comunicación, reúne pinturas pobladas de las habituales inquietudes del estadounidense, quien, con trazo duro, rompe las barreras del arte y revoluciona las expectativas del espectador.

"Estamos muy orgullosos porque finalmente presenta (en Londres) una nueva colección hecha de piezas nunca vistas antes", explicó la subdirectora de la galería, Federica Beretta, sobre una muestra compuesta por once cuadros y una escultura.

Beretta tildó a Scharf de "revolucionario" para justificar la pertinencia de la exposición y dijo que, con su producción artística, ha conseguido "llevar lo que se definía como ''baja cultura'' a lo que se considera como ''alta cultura''".

"Trajo elementos de la cultura pop al mundo de las galerías y los museos", explicó.

Nacido en Los Ángeles en 1958, Scharf compartió la vibrante escena artística del Nueva York de los 80 con Jean-Michel Basquiat y Keith Haring, quienes eran amigos suyos y con los que buscó romper con el arte más institucional, el de los museos, y ofrecer al público unas creaciones con un contenido más accesible.

Las obras expuestas en la Opera Gallery muestran contextos surrealistas de personajes con expresión humana en espacios neutros y oscuros de ciencia-ficción, todo en una paleta de colores saturados y altos contrastes.

"Su trabajo se inspira en el grafiti y el arte callejero, y muy habitualmente también se inspira en la animación", aseguró Beretta, para quien las piezas de Scharf no precisan de carteles explicativos para ser apreciadas.

La creación que da nombre a la exposición, "Blobz", es una acumulación de pequeñas gotas de color antropomorfas -con expresiones sonrientes, enfadadas e, incluso, macabras-, distribuidas en el lienzo como si fueran las piezas de un puzzle y generando policromías antitéticas.

Además, con sus títulos, Scharf busca romper las convenciones y expectativas del espectador, ya que, como declaró la subdirectora, simplemente procura "conexiones graciosas" y evocar palabras divertidas.

Las revolucionarias decisiones con las que el estadounidense ha desarrollado su carrera lo han hecho ser también una fuente de inspiración para los artistas callejeros actuales, como Banksy o Shepard Fairy, y algunos expertos han llegado a denominarlo el "abuelo del arte callejero", campo que hoy no sería lo que es si no fuera por su aportación.

Y es que Scharf ha realizado enormes y coloristas murales callejeros en California, Salvador de Bahía (Brasil), Copenhague, París o en la costa española, en Málaga.

No obstante, el artista, que es uno de los pocos supervivientes del movimiento contracultural de los 80 -Basquiat murió de sobredosis y Haring por sida- cuenta con cuadros suyos en algunas de las colecciones más prestigiosas del mundo a pesar de su condición de "rebelde", con piezas en los museos Guggenheim o MoMA, en Nueva York.

Además de haber expuesto en museos como el Whitney de Nueva York, el de Arte Contemporáneo de Monterrey (México), el Ludwig de Colonia (Alemania), el de Arte Moderno de Río de Janeiro o el Stedelijk de Amsterdam.

Las obras de Scharf se podrán ver y comprar en la Opera Gallery de la capital británica desde hoy hasta el próximo 10 de julio.