La casa blanca diseñada por Aires Mateus en Leiria, Portugal, está ubicada en un lugar muy especial en una posición elevada con vistas a esa pequeña ciudad, ubicada en el litoral, en las márgenes del río Lis, junto al castillo que todo lo preside.

La casa es sencilla de formas y su composición es bastante similar a todas las casas convencionales: la residencia se divide en zonas privadas y áreas sociales.

Las áreas privadas se colocan al nivel de la calle alrededor de un patio central con salas que se abren a patios privados, lo que proporciona una sensación de intimidad plena y de seguridad y confort. Mientras, las salas de estar, los espacios de vida en común, están ubicadas alrededor de un patio interior que ensambla la luz desde arriba y fija toda la atención en el Castillo de Leiria situado en lo alto, en el centro de la ciudad.

En Portugal, ha habido una continuidad entre la construcción vernácula y la arquitectura moderna, a menudo basada en la extensión de la artesanía y los materiales locales, pero también ha sido adoptada, esta forma nativa de hacer arquitectura más conscientemente por una serie de arquitectos que la han utilizado estratégicamente y desafiando la convencionalidad siguen la tradición a su manera. En este sentido se puede leer la arquitectura de Aires Mateus, dentro de la tradición moderna portuguesa.

En esta casa de Leiria que proyectaron en 2010 la capa de yeso blanco, total y absoluta, oculta la técnica de construcción utilizada y convierte el proyecto en un elemento geométrico raro, a la vez que clásico. El hecho de dejar el tejado blanco es a la vez un guiño al icono convencional de un tejado a dos aguas, triangular, pero a la vez es un abandono de las típicas tejas a favor de un minimalismo que parece exponer la esencia de un lugar mediante la eliminación de todas las formas, características o conceptos no esenciales.

House en Leiria es precisamente eso, un volumen blanco puro, que refleja toda la serenidad y la claridad de una casa moderna. Sin embargo, su forma y escala nos recuerdan un poco al arquetipo de cubierta inclinada tan tradicional en Europa, menos en Canarias.

Cada proyecto de arquitectura, sea pequeño o grande, es de alguna manera un desafío, una crítica, una respuesta o un comentario sobre otro trabajo de arquitectura anterior. Creo que Aires Mateus desafían los íconos reconocibles o gestos formales de la arquitectura vernácula portuguesa, y europea y a la vez innovan y controlan las formas, la escala y el volumen en un contexto que a priori podría parecer caótico, pero lo hacen con una identidad clara que desde su núcleo se relaciona con el legado histórico lejano: el Castillo de Leiria en este caso.

La casa de Leiria es un arquetipo reconocible vaciado de su centro por la luz diseñada por un patio de tres picos que se abre horizontalmente al nivel del jardín. Los patios del dormitorio se relacionan con este objeto arquetípico que proporciona diferentes lecturas en su escala.

Las superficies pintadas de blanco refuerzan el enfoque mínimal dado a este proyecto, contrastando con el pavimento de madera clara del interior. Solo el verde rompe esta paleta de colores rodeando discretamente el edificio de naturaleza suave. Dentro de la lógica los arquitectos son capaces de controlar todos los ingredientes del diseño sin dejarse contaminar con ruido adicional o desorden conceptual. Nada sobra en esta casa, el proceso de diseño de borrar elementos superfluos, eliminando efectivamente lo que no es irreductible se convierte en una técnica ejemplar que dice más con pocos medios y da una lección de austeridad y belleza.

No solo ocurre esto en la adopción de las paredes de estuco blanco, que son muy coherentes con la tradición de la arquitectura portuguesa, sino en el tratamiento más amplio de escalas, aperturas y, lo más importante, la lógica desde adentro y como responde al contexto.