Hace unos tres mil años que surgió el mito de los centauros, aunque es desconocida la fecha exacta de su origen, pero existen referencias sobre ellos en el antiguo Egipto y Mesopotamia, además de en Grecia, donde los mencionó Homero. Estos seres fantásticos, mitad hombre, mitad caballo, representaron lo mejor y lo peor de la naturaleza humana y animal. Se sentían muy atraídos por el vino y el sexo, motivo por el que se descontrolaban mucho cuando bebían en exceso, como ocurre en la actualidad en algún tipo de personas con carácter dionisiaco y en algunos "botellones".

El profesor de Filosofía griega Francesc Casadesús Bordoy, docente en la Universidad de las Islas Baleares, impartirá hoy una conferencia sobre "Los centauros o la explosiva fusión de dos naturalezas irreconciliables", a partir de las 20:00 horas, en el TEA, organizado por la sección canaria de la Sociedad Española de Estudios Clásicos con el patrocinio de la Dirección Insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, dentro del II Curso Pensamiento y Cultura Clásica, que gira en torno a "Los mitos y sus representaciones".

Casadesús parte de la base de que la naturaleza híbrida de los centauros ha causado perplejidad y turbación a lo largo de la historia, además de representar lo mejor y lo peor de la naturaleza humana y animal, y simbolizar en la Antigüedad la confrontación entre la civilización y la barbarie.

"La figura de los centauros es una fusión irreconciliable. Siempre se acaba imponiendo la parte animal a la humana y esto hace que sean unos seres muy peligrosos en cierto modo. Su origen es desconocido, aunque existe una hipótesis que dice que surgió cuando alguien observó a un jinete cabalgando, aunque no está demostrado".

Una sensación similar pudieron tener los indígenas americanos que se vieron sorprendidos cuando llegaron los colonizadores españoles con sus caballos. Para este profesor, el centauro, desde un punto de vista simbólico, representa la fuerza de las pasiones, porque participan de la vida humana, pero siempre acaba imponiéndose la parte animal. "Sobre todo cuando se produce una mezcla explosiva muy frecuente, que es el consumo del vino y del sexo, la atracción erótica. Al centauro le gustaba beber y cuando lo hacía se descontrolaba. La combinación de Dioniso, dios del vino, y Afrodita, diosa del amor, es explosiva. En ese momento es cuando sale la bestia. Lo mismo ocurre con los sátiros cuando ven a una ninfa", aseguró.

La mitología griega habla de la centauromaquia, en la que los centauros luchan contra los héroes como Teseo en las bodas de Hipodomía, que los vence. Este acontecimiento alude a la lucha entre la civilización contra el barbarismo y refleja el poder de los atenienses sobre los bárbaros, que está representada por cierto en los frisos del Partenón de Atenas.

Picasso, Boticceli, Giambologna, Antonio Cánova o Pompeo Batoni ya representaron a los centauros en algunas de sus obras. "La centauromaquia ha sido representada a lo largo de toda la historia del arte, porque fue un momento clave de la historia mítica de lo que fue Atenas".

La figura del centauro, los acólitos del botellón en aquella época mítica, también supone una advertencia. "El vino les pone vinolentos a los centauros, que abusan del alcohol en muchas ocasiones. Es una advertencia. Lo que caracteriza al buen griego, al buen ciudadano, al buen filósofo, es saber beber con mesura. Hay que utilizar el vino como una potencia que te desinhibe, te abre, incluso en la creatividad. Te facilita las relaciones, pero en ningún caso el vino puede dominarte, porque si se produce eso, ya no eres persona sino animal".

Para este estudioso de la mitología y la filosofía griega, "lo que representan los centauros es que, por muy semihumanos que sean, les puede el descontrol. Es el peligro que tiene el beber sin mesura. Los centauros no saben, en cambio los atenienses, los racionales, sí saben beber. ¿Qué significa saber beber?, tener siempre al vino sometido, no al revés, que el vino se imponga y se pierda cualquier viso de irracionalidad, porque se produce el descontrol y después viene la violencia".

A pesar de la mala "literatura" sobre los centauros, existen los centauros buenos, Folo y Quirón, que representan la buena naturaleza. Eran sabios y amables. "Quirón es una excepción, porque se impone la parte humana sobre la animal. Acaba siendo el maestro de Aquiles, Jason, Hércules y otros héroes. Es un maestro porque tiene el conocimiento de la naturaleza animal y la naturaleza humana. Es el padre de la medicina. Es la razón que penetra en la naturaleza. Es símbolo de la sabiduría, aporta el conocimiento, la fuerza, el control."

El II Curso Pensamiento y Cultura Clásica, dirigido por Jorge García Hernández, finalizará el 20 de junio con una conferencia sobre "Dánae de los griegos a la modernidad", a cargo de Alberto Bernabé Pajares, catedrático emérito de filología clásica de la Universidad Complutense de Madrid.