Treinta años después de su última actuación en Nueva York, "La Chana" bailó hoy en el Merkin Concert Hall de la ciudad y, aunque lo hizo sentada, despertó el mismo maremoto de siempre con su taconeo improvisado y torrencial.

A sus 71 años, Antonia Santiago Amador, "La Chana", ha vuelto a la palestra gracias al documental que la croata Lucija Stojevic le dedicó (y que hoy se ha exhibido antes de la actuación), y su nueva biografía escrita por la flamencóloga Beatriz del Pozo, que se presentó este martes en el Instito Cervantes de Nueva York.

Bailó acompañada de Diego Amador y Diego Amador hijo, de los que acaba de descubrir que es familia lejana, y juntos tocaron durante media hora ante un auditorio a rebosar, al que ella le repitió "I love you" y que se puso en pie para ovacionarla.

El aplauso fue casi tan rotundo como el que cosechó con una de sus actuaciones más recordadas, la que hizo en 1977 en el programa "Esta noche, fiesta" de Televisión Española, cuando improvisó un número final que nadie esperaba y que se alargó 10 minutos, lo que obligó a posponer el Telediario al no atreverse nadie a cortarla.

Los siete minutos de aplausos que cosechó entonces le valieron la atención de la prensa, y a partir de ahí visitó Argentina, Chile, Australia o EE.UU., aunque su carrera terminó cuando vivía su mejor momento porque su marido le obligó.

Ahora, "La Chana" se está quitando la espina de aquel retiro forzoso, y ha vuelto a los escenarios dispuesta a aprovechar esos "cinco minutos más" de éxito que un día el destino le "robó", explicó la artista.

El pasado domingo recogió el Premio Nacional de Cultura Gitana que entrega el Ministerio de Cultura español, y que han recibido figuras de la talla de Camarón de la Isla o Paco de Lucía, y al día siguiente voló rumbo a Nueva York.

Ahora actúa en una silla, un "apaño" que le permite seguir al pie de cañón, y es que, según sostiene, "las emociones son las mismas".