Dicen que uno de los días más importantes de una persona es aquel que recoge un "sí quiero". En el recuerdo de los protagonistas y sus invitados quedará la imagen en la que la pareja sella su amor con un beso y una afirmación. La pasarela internacional "Atelier Couture", que se celebró esta semana en Madrid, se ocupa también de mostrar propuestas para esos momentos. Tres firmas de Tenerife Moda estuvieron presentes con tres colecciones que ofrecieron diseño y calidad.

By Loleiro, que ya se estrenaba en este evento el año pasado, volvió a hacer de sus propuestas un jardín para admirar. Las manos artesanas de Marisa Velázquez dieron forma a distintos materiales logrando que las dalias, claveles, margaritas, peonías, rosas y jazmines se acoplaran a las bases que ella misma fabrica. Velázquez es una de las pocas sombrereras que hay en Tenerife. Los vestidos blancos no robaron ni un poco de protagonismo a los complementos. Las pamelas en tonos empolvados se colorean de los cálidos que suben del tono nude. Unas muestran delicadeza y fuerza con las flores pegadas al rostro y contorno imperfecto, otras mezclan las formas vegetales con las plumas de faisán y las cintas de terciopelo. Por su lado el color de la pureza se corona con flores XXL escrupulosamente formadas. La chistera, siempre en los desfiles de la firma, aparece llena de encanto y con plumas precisas. Los tocados se colaron tímidamente con flores de distintos tonos y coordinados con los apliques que se dejaban caer por el cuerpo y los "clutchs". Como si se tratara de princesas, incluso de reinas, las piezas se centran en la cabeza con metales preciosos, formas y figuras cuidadas que se hacen con hilos de oro, cristales, perlas, flores de porcelana, hojas de latón y de alpaca, hasta poder posarse sobre los encajes volados, los velos cuidados y los mantones de tul. La esencia de Sevilla, tierra natal de la creativa se siente, llegando a invadir el ambiente del majestuoso salón como si la presentación se diera en el Parque María Luisa, espacio de inspiración de la colección: "Jardin Du Temps".

Sedomir Rodríguez de la Sierra apostó por una mujer sofisticada, elegante y con carácter. La colección para 2019 es "Etérea". Las mezclas, casi imposibles, volvieron a hacer de su trabajo una obra de arte. Los colores neutros juegan con el degradé para hacer de las faldas de capas una pieza maestra que rompe la rigidez con formas vegetales. Las hojas abstractas, en distintos tonos de azules que dan cabida a los ocres, se estampan sobre fondos marfil, que se quedan en la rodilla o que llegan hasta el tobillo. La delicadeza del blanco se contornea, a la altura de los hombros o en el escote, con plumas y marca la cintura con apliques y sobreposiciones. Rompe la sobriedad dejando a la vista cada uno de los pasos de la modelo. El color del oro, con subtono en canela, permite formas distintas; volantes y asimetrías, que resaltan la figura femenina, lo mismo que sucede cuando el vestido, con cierto aire lencero, regala abertura en la pierna y fornituras metalizadas. El color perla, el borgoña y el maquillaje tienen presencia pero no protagonismo, Rodríguez de la Sierra es conocedor de las opciones que triunfan en la paleta y no iba a dejarlos pasar. El infalible negro vela las prendas, haciendo de las transparencias un buen aliado para los encantos femeninos.

Amarca tiró de unos tejidos vaporosos que se cuelan entre las piernas de manera cuidada con el propósito de lograr que cada pliegue hable, que cada corte tenga sentido. Los volantes como símbolo de sensualidad, se deslizan por los brazos, mientras los motivos vegetales en 3D llevan la atención hasta la cintura. Drapeados perfectos resaltan el pecho y proponen formas geométricas, carentes de rigidez y ricas en encanto. Complementos que favorecen, como capas y capelinas, en tejidos sedosos dan romanticismo y delicadeza a la prenda. Las propuestas de una pieza a veces confunden, son tan perfectas que parece que han tenido que recurrir a cuerpo y falda para lograr la exactitud del patrón, cuando además la intensidad del tono solo es posible para quien domina los colores. Los azules, en casi toda la gama pero con distintas bases. Los amarillos, reales y vibrantes. Despiden la presentación de Trópico los blancos, tratados con mimo, importancia y paciencia para novias lánguidas, sensuales y femeninas. También para las atrevidas, sugerentes y actuales.