Juan Hidalgo (Las Palmas, 1927 - Ayacata -San Bartolomé de Tirajana, 2018) fue pionero en todas las manifestaciones artísticas que eligió para compartir sus inquietudes con los demás, tanto en el mundo de la música experimental, como en el de la fotografía, el performance, el arte conceptual o la poesía.

El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM) de su ciudad natal, muy vinculada al creador grancanario, acogerá hoy sus restos mortales para que el público pueda rendirle un sincero homenaje de despedida, el que no se le tributó durante sus noventa años de existencia.

Este insigne creador, al que hace dos años se le entregó, quizás tarde, el Premio Nacional de Artes Plásticas 2016 por su admirable y singular trayectoria, falleció este lunes en su casa de Ayacata, en San Bartolomé de Tirajana, donde estuvo acompañado por algunos de sus fieles amigos.

Hidalgo, que será objeto de una exposición retrospectiva de su obra en la sala de Tabacalera de Madrid, a la que ya intuyó no podría asistir por su delicada salud, ha sido y es un referente para muchas generaciones de artistas, sobre todo cuando impartió la docencia en el Instituto de Estética y Teoría de las Artes (IETA) de la capital del estado en los años 80.

Este compositor, poeta, fotógrafo, escultor y pintor canario, uno de los hijos más ilustres de esta tierra en el campo del arte conceptual y la vanguardia española de la segunda mitad del siglo XX, fue el fundador del Grupo ZAJ.

Fernando Castro Flórez, comisario de la exposición de Juan Hidalgo que está proyectada para la sala Tabacalera en Madrid, prepara la retrospectiva que se desarrollará en septiembre, dependiente del Ministerio de Cultura, siente una especial admiración por la obra de Hidalgo y su persona, con la que tenía cierta amistad.

"Era una figura decisiva y siento una gran admiración por su obra. Me parece un pérdida de una gran referencia, sobre todo por la cantidad de aspectos en los que influyó. Fue un verdadero pionero en el campo de la música experimental, además de en el campo del performance y del arte con la creación de ZAJ. También fue una figura de enorme magisterio para artistas cuando le invité a dar clases en los años 80 en el Instituto de Estética y Teoría de las Artes de Madrid. Orientó a mucha gente que entró en el campo de las artes performativas".

Castro Flórez, que siente su pérdida, destacó asimismo su faceta como fotógrafo, sus retratos y autorretratos, además de haber sido una personalidad decisiva de la estética gay. "Su forma de reflexionar sobre su condición sexual también lo convirtió en un pionero".

La intensidad vital de Hidalgo lo inclinaron a "tocar" con su sensibilidad diferentes disciplinas en las que destacó, aunque el reconocimiento a su labor le llegó muy tarde, a pesar de que le otorgaron la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes (1989), el Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación y la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.

"Siempre dije que debía haber sido uno de los primeros en recibir el Premio Velázquez. Tenía méritos para ello. Es una vergüenza que tuviéramos que esperar hasta hace dos años para que le dieran el Premio Nacional de Artes Plásticas. El hecho de haber sido tan innovador en tantos campos artísticos hizo que las mentalidades cuadriculadas no supieran reconocer lo que hizo", comentó Castro Flórez.

También lamentó la precaria situación económica que padeció durante al final de su vida, aunque matizó que en la última visita que le hizo, "transmitía una paz interior y una sabiduría enorme. Era una persona muy vital, con una mentalidad abierta. Cuando estuve con él me dijo que todo iba muy lento, que todo iba piano, pianísimo. Levantaba la mano y parecía que tocaba las teclas de un piano imaginario...".

El crítico de arte Carlos Díaz Bertrana considera que Juan Hidalgo, con quien trabajó en alguna ocasión, es uno de los grandes artistas de la historia de Canarias con una gran resonancia nacional, además de haber influido en el arte del archipiélago.

"Es el primero que nos muestra un arte nuevo en Canarias, y de los primerísimos en España, que surge en torno a Marcel Duchamp cuando presentó el urinario -La fuente-, que significa una ruptura total con el concepto de la estética de la belleza. A pasar de un cuadro bonito a un objeto encontrado y convertido en una obra de arte".

A pesar de que la formación de Hidalgo es la música, él pasó a la fotografía y a un mundo multimedia y la instalación en los que planteaba nuevos lenguajes expresivos con un aire muy fresco. "Su obra, después de la parte musical, es a base de fotografías en las cuales la ironía y el sentido del humor tienen mucha importancia y también el mundo de las instalaciones. Son dos cosas en las que trabajó en los últimos años. De vez en cuando hizo algunas composiciones, incluso alguna se interpretó en el Festival de Música de Canarias. Como artista era sutil, irónico, entre erótico y pornográfico, provocador, lúdico, intenso y muy creativo", apuntó.

Por último, el artista tinerfeño Gonzalo González comentó que Juan Hidalgo "es una figura fundamental en el arte contemporáneo español. Fue un artista multidisciplinar, rompedor y muy comprometido con la vanguardia. Me parece un punto de referencia y, desde luego, en Canarias es una de las figuras fundamentales".

Desde su punto de vista introdujo el arte conceptual en Canarias con el mundo de ZAJ y ha servido como punto de referencia para un montón de generaciones posteriores que le han tenido un tremendo respeto porque "fue fiel a su concepción de lo que era el arte y nunca se vendió. Fue muy coherente".

González, que trató con Hidalgo cuando vivió en Tenerife, lo tildó de muy afable, abierto, receptivo, respetuoso, afectivo. "Sus propuestas eran como un chorro de aire fresco permanente. Me parece un artista admirable".

Polifacético

Juan Hidalgo, que se trasladó a Barcelona a estudiar piano y composición, que luego amplió en París, fue el primer español que intervino en el festival de música de la ciudad alemana de Darmstad con su obra "Ukanga", en el año 1957, para un conjunto de cinco cámaras. Un año después volvió a participar en dicho encuentro, en el que conoció al compositor americano John Cage.

Otra de las destacadas aportaciones de Hidalgo al mundo del arte conceptual fue la fundación en el año 1964 del grupo ZAJ, junto a Ramón Barce y Walter Marchetti, al que luego se unieron Esther Ferrer y el escritor José Luis Castillejo. Ellos siguieron la estela de la estética de Marcel Duchamp. Este grupo tuvo ciertos paralelismos con el colectivo americano Fluxus y el japonés Gutai.