"Ya no hay junglas adonde regresar" (M.A.R. Editor) amplía su perímetro ganador. A la espera de lo que pase el próximo 17 de marzo en la capital tinerfeña, la novela de Carlos Augusto Casas (1971), reconocida con el VI Premio Wil- kie Collins, conquistó el sábado el Festival Gastro-Literario Morella-Negra y, además, fue incluida entre las tramas finalistas del Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón. "Este libro no para de regalarme alegrías", asegura un autor que en las próximas semanas puede sumar a su listado de honores el Novelpol y el Premio Ciudad de Santa Cruz 2018.

¿Qué nos ofrece en "Ya no hay junglas adonde regresar"?

Es una historia coral en la que hay mucha crítica social, porque sin ella no existe la novela negra. Una trama con tres personajes principales unidos por la soledad. En el fondo, cada uno de ellos vive una historia de amor en medio de una escenografía con muchos elementos oscuros.

Apostar por una descripción coral exige tener un grado de concentración importante, ¿no?

Yo trato de darle mucha importancia a los diálogos. Quizás, eso sea una influencia de las lecturas de Jack Higgins ("Ha llegado el águila"), que es un autor que da más protagonismo a los diálogos que a las descripciones. Prefiero que los lectores vean y escuchen a mis personajes y saquen sus propias conclusiones. Eso te obliga a tener unos compañeros de viaje bien perfilados, gente con una personalidad contundente que aguante todos los capítulos. Cada uno tiene que localizar esa cosa tan cursi que llaman la voz propia para sentirme cómodo contando una historia.

¿Y usted ya ha encontrado la suya?

Yo tengo dos novelas escritas que no están publicadas y se van a quedar para siempre en el cajón, entre otras cosas, porque son muy malas y cuando las hice aún no había encontrado la forma más adecuada para contarlas. Esta es la primera novela ("Ya no quedan junglas adonde regresar") que acabo contento, y eso es algo que se ha visto recompensado con las críticas y el reconocimiento en distintos festivales literarios.

¿Hasta qué punto los personajes secundarios han "ayudado" a que la historia ganara altura?

El papel de los secundarios sirven para enriquecer la novela y dan una visión de cómo son los principales. Es imposible entender bien al "El Gentleman" sin el Masas, o no creo que el lector logre comprender a Iborra sin la presencia de Puertas.

¿Cuándo tuvo claro que esta historia podía funcionar?

Esa sensación existió desde el principio... Sabía que la novela era buena, pero no si iba a ser interesante para los lectores y a los críticos. El hecho de ganar el Wilkie Collins ya fue una gran noticia porque eso implicaba una publicación. La primera frontera que tiene que sobrepasar un escritor es estar satisfecho con la historia que acabas de crear. A partir de ahí, son otros los que deciden por ti.

¿Cuáles eran sus principales temores justo antes de empezar a sumar buenas críticas?

Uno de ellos, por ejemplo, era que la gente no se llegara a identificar con "El Gentleman": un anciano de 72 años es un protagonista un poco atípico para una novela negra. Sin embargo, pasó justo lo contrario, es decir, que de alguna manera he roto con los clichets que existen en torno a este género literario. Este tipo de tramas normalmente están protagonizadas por policías, detectives e incluso por periodistas, pero no es tan corriente entregarle ese rol a un viejo.

¿Es uno de esos personajes que se hace querer?

Eso es lo que me transmite la gente que acude a actos en los que participo firmando ejemplares o en ferias del libro especializadas.

¿Las exigencias con vistas a una segunda novela han crecido?

Ahora la presión es tremenda (ríe)... No se imagina las cosas que me pregunta la gente cuando voy a un encuentro literario. Tienen una curiosidad infinita y quieren saber cosas que yo aún no sé...

¿Le piden que alargue la vida de algún que otro personaje?

Eso, y otras cosas... Por el final que creé en "Ya no hay junglas adonde regresar" he recibido un sinfín de peticiones para que le siga dando algo más cancha a Iborra en otras historias. Yo no me quiero poner barreras, es decir, que estoy abierto a hacer una saga pero no será en la segunda. Esa ya la tengo más o menos perfilada y lo que sí que me estoy planteando es algún cameo de un personajes secundario.

¿No es bueno estirar por estirar?

Eso es algo que ocurre con frecuencia en el mundo de la literatura, pero que no siempre es una garantía de éxito. Las historias vienen por sorpresa y lo importante es seguir tu instinto para identificar dónde hay algo interesante que contar al lector. Es un principio muy parecido al ejercicio del periodismo, pero utilizando unas fórmulas y un lenguaje distinto.

¿Qué es lo más gratificantes de días como el que vivió el pasado sábado en Morella?

Al margen de que reconozcan el trabajo que ya has hecho, lo positivo es que aunque sigas en una nube las ganas de volver a escribir aumentan. Todo este tipo de cosas vienen bien, mucho más para alguien que está empezando y necesita pisar un terreno que este firme. Sé que en algún instante tendré que volver a la soledad de un despacho para seguir creando una historia que atrape mi curiosidad. Si la novela me gusta, las posibilidades de que pueda agradar a otras personas son reales.