Con "La maniobra de la tortuga" consiguió que el inspector Manuel Bianquetti empezara a sumar protagonismo en la escena policiaca española y, a su vez, fue uno de los finalistas del Premio Ciudad de Santa Cruz 2017. El escritor gaditano Benito Olmo está de vuelta. En abril mostrará el perímetro de la que será su cuarta novela, pero antes hablará de ella en Tenerife Noir. "La tragedia del girasol" (Suma de las Letras/2018) no solo resucita a Bianquetti, sino que pone el acento en unos escenarios de corrupción que estaban vigentes en una trama que el director Juan Miguel del Castillo, ganador de un Premio Goya por "Techo y comida", adaptará al lenguaje cinematográfica a partir del próximo verano.

Bianquetti ya no está atado al régimen interno de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Su espíritu indomable, además de propiciar una expulsión, le mete de cabeza en conflictos que afloran en la sociedad y a los que Olmo le da un tratamiento de "thriller" del que dará algunas pistas en la mesa de trabajo que compartirá en la Isla con Claudio Cerdán, ganador de Tenerife Noir con "Un mundo peor", en los primeros días del mes de marzo. Andaluz y murciano van a intercambiar impresiones sobre personajes de sagas literarias en clave negra. "Cuando lo creé sabía que iba a tener vida en más de un libro", precisa Olmo sobre Bianquetti. El expolicía ahora ejerce de guardaespaldas de un tipo que está en el punto de mira de un sinfín de delincuentes. "Hay un atentado y algunas muertes, pero mis historias no son muy sangrientas; yo prefiero centrarme en la investigación", aclara.

Benito Olmo admite la dificultad que tiene alargar las peripecias de un personaje como Bianquetti. "Es complicado saber hasta dónde puedes llegar, es decir, si te pasas corres el riesgo de aburrir y si te quedas corto las posibilidades de que te pidan más son altas. Es un personaje bien pensado que se mueve bien en toda esa atmósfera de inestabilidad que se desencadena en Cádiz", reitera en un momento de la conversación en el que desvela que en "La tragedia del girasol" ha ampliado el radio de acción de sus subordinados.

Aspirante a músico, el que también fuera autor de "Caraballo" y "Mil cosas que no te dije antes de perderte", se desmarcó de la tradición familiar en cuanto tuvo claro que lo que él quería era escribir. "Mi madre y mi hermana estudiaron piano y un hermano percusión, pero lo que yo quería era escribir historias. La música fue algo impuesto que tuvo un recorrido anecdótico nada comparable con los pasos que está dando el irreverente Bianchetti... Tener dos libros de él en el ámbito nacional ya es una pequeña victoria. Sobre todo, por lo inusual que resulta ver que una editorial realice este tipo de apuestas tan arriesgadas. La escritura es una carrera de fondo en la que es relativamente fácil cometer un error que te deja en la cuneta durante mucho tiempo", explica un novelista que por ahora no se plantea modificar los colores de su escritura. "Me siento cómodo en este género y quiero seguir en él", concluye.