El mejor aeropuerto del mundo no está en Tenerife, aunque podría, o al menos deberíamos pensar que, en un destino turístico como el nuestro, que además quiere ser hub con Africa (y con América, si AENA nos dejara), necesitamos algo más que el aeropuerto del Sur que tenemos y mucho más que el que parece que se están planificando por las autoridades.

El mejor aeropuerto del mundo está en otra isla, en Singapur. Una islita un poco más grande que la Gomera y algo más pequeña que Lanzarote que ha conseguido año tras año ser considerada el segundo país más competitivo del mundo. El aeródromo Changi de Singapur fue reconocido, en 2017, como el mejor del planeta por quinta vez consecutiva y aún será mejor en este 2018 que comienza, pues tienen en marcha un proyecto conocido como el proyecto Jewel que cambiará el concepto de aeropuertos para siempre. Solo el nombre ayuda a entender la importancia que le dan: en Singapur consideran que su aeropuerto es la joya de la corona. Esto aquí solo ocurrió, como pensamiento y capacidad de mirada amplia hacia el futuro, en la época de Adán Martín, de momento.

¿De qué hablamos cuando hablamos de aeropuertos? Esa es la cuestión. El nuevo aeropuerto Jewel Changi, diseñado por el arquitecto Moshe Safdie, redefine y reinventa este debate. El objetivo del equipo de Safdie es unir la dualidad de un mercado vibrante y un gran parque urbano uno al lado del otro en una experiencia única e inmersiva. El componente del centro comercial tradicional se combina con la experiencia de la naturaleza, la cultura, la educación y el ocio, con el objetivo de proporcionar una experiencia edificante. Al atraer tanto a los visitantes como a los residentes locales, en Singapur buscan crear un lugar donde la gente del lugar, los insulares, interactúe con las personas del mundo.

Moshe Safdie no solo pretende con su proyecto que se puedan prestar los servicios habituales de un aeropuerto con eficiencia, sino que es en sí mismo un plan de "marketing" de la isla, pues pretende captar la atención de los pasajeros de todo el mundo para elegir el aeropuerto de Changi y la ciudad de Singapur como destinos.

Una de las atracciones que tendrá el aeropuerto nuevo es la cascada interior. Será la cascada más grande del mundo. Una especie de nuevo domo en forma de esferoide será el centro de atención del que es ya uno de los aeropuertos más activos del mundo, siendo además una hazaña de la ingeniería y la sostenibilidad además de otra forma de mostrarnos a los occidentales el renacimiento de Asia.

Con aproximadamente 134,000 m2 de superficie, el Jewel ofrecerá una variedad de instalaciones que incluyen servicios aeroportuarios, jardines interiores, tiendas y atracciones de ocio, incluido un "canopy park" (un parque de aventuras -sí, lo que oyen- con circuitos de tirolinas enlazadas que recorren los grandes espacios del aeropuerto como si se estuvieran cruzando vaguadas, valles y montañas comerciales) en los niveles superiores de su espectacular cúpula.

La cascada de 40 metros de altura está diseñada por la empresa de diseño de agua WET, y es la pieza central del jardín urbano del proyecto llamado "Forest Valley". Todos los restaurantes, tiendas y hoteles del aeropuerto están conectados por jardines de varios niveles y senderos exuberantes. El soporte de la cúpula estará provisto de columnas estructurales similares a árboles que rodean el borde interior del Canopy Park", diseñado en conjunto con Arquitectura Paisajista PWP y que mantienen en pie todo el conjunto con gran solvencia técnica. Esta estética sigue la tradición de los invernaderos de vidrio del estilo inglés, visible en Singapur, territorio británico hasta 1942.

El nuevo edificio se ubica detrás de las tres terminales existentes que procesan a más de 53 millones de pasajeros al año.

Ya sé que aquí no somos libres como en Singapur para decidir enteramente nuestro futuro, y que Madrid lo centraliza todo, pero digo yo que algo más, seguro, se podría hacer.