Un año más, el programa formativo EnseñanDoc, incluida en la agenda del Festival MiradasDoc, llevó a lo largo de esta semana hasta Guía de Isora a cientos de estudiantes de enseñanzas Primaria y Secundaria de la isla de Tenerife para intercambiar impresiones con los directores de algunos documentales. En esta ocasión, la cifra total de alumnos fue de 1.600, procedentes de 16 centros de la Isla, y las películas programadas fueron cuatro. EnseñanDoc, un foro que se desarrolla con la colaboración de la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias, se viene celebrando en MiradasDoc desde su segunda edición.

Las películas que formaron parte de esta actividad formativa fueron "At the other side of technology", de José Prieto y Leonardo Llamas (29'' / 2016 / España); "Riski", de Otto Reuschel (12'' / 2017 / Alemania); "La fiebre del oro", de Raúl de la Fuente (25'' / 2017 / España), y "Esta tarde mi corazón late", de Rémi Jennequin (51'' / 2017 / Francia). En cuanto a los alumnos, se trata de niños y jóvenes de Primaria y Secundaria de 16 centros de Tenerife: los de enseñanza primaria (CEIP) Teobaldo Power, Almácigo, La Era, Aponte, Adoración Rodríguez Alonso, Chigora y La Cumbrita, además de alumnos provenientes de la Asociación Tinerfeña en Lucha por la Salud Mental (Atelsam), y los de secundaria Costa Adeje, Ichasagua, Tamaimo, Manuel Martín González, Alcalá, Adeje, Anaga y Santa Ana.

Los alumnos asistieron a la sala principal del auditorio en distintos grupos, desde el pasado lunes hasta este jueves, para visionar en varias sesiones matinales las películas programadas, todas ellas de menos de una hora de duración y acordes a las edades del público. Durante las exhibiciones estuvieron presentes sus directores, que después pudieron responder a las preguntas de los estudiantes.

La experiencia resulta de gran interés para los jóvenes por la posibilidad de ver, por ejemplo, el modo en el que se desenvuelve la vida de personas de su misma edad en entornos sociales y económicos tan diferentes como Togo o Ghana, pero es especialmente gratificante para los directores, ya que enfrentan su trabajo a "una mirada que no es la profesional a la que estamos acostumbrados en los festivales, sino a la de un público totalmente diferente", señala el realizador francés Rémi Jennequin.

Por su parte, José Prieto confiesa que muchas de las preguntas de los niños lo dejaron en blanco: "Nunca había tenido una experiencia así; me sorprendieron algunas preguntas, porque ellos ven inocentemente las cosas, sin ningún filtro, y te aportan una perspectiva nueva sobre el problema". Su documental refleja la vida de niños con pocas oportunidades educativas en Ghana y que acaban trabajando en un vertedero de residuos tecnológicos, por lo que al director le parece "muy positivo que los estudiantes de aquí puedan ver que ellos tienen derechos, recursos y la capacidad de tener sueños, y que muchos niños no tienen eso en Ghana".

Otto Reuschel también se muestra satisfecho de la experiencia de enfrentarse al público juvenil. "Dan mucha energía y de alguna manera también dan la esperanza de que la gente puede cambiar, porque todavía no saben cómo funciona el mundo. Los adultos estamos acostumbrados a la estructura del poder y no suponemos la posibilidad de otros modelos, pero los niños no están tan estructurados y tienen abierta la posibilidad de los sueños". Según el realizador, "también es muy rico hacerlos conscientes del privilegio que tienen por vivir en Europa, con derechos, y reconocer el poder que tienen de cambiar las situaciones".