Sentimientos personales es lo que acostumbra evocar el artista tinerfeño Hugo Pitti en sus originales y coloristas representaciones pictóricas. Esta actitud vuelve a estar presente en la última exposición que el pintor desarrolla en el Museo Municipal de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife hasta el próximo 6 de marzo.

"Mirrors" (Espejos) es el título que preside esta colección de dieciséis óleos sobre lienzo, de mediano y gran formato, además de dos dípticos de grandes dimensiones, cada uno de los cuales cuenta una vivencia del autor. "Está inspirado en la canción del mismo nombre de Justin Timberlake, una excusa para ponerle un título, y a la vez intenté poner espejos en casi todos los cuadros, aunque a parte de eso cada cuadro cuenta una historia", aclaró.

Multitud de personajes, entre ellos figuras humanas, animales y plantas, entre otros seres "humanizados" que participan en una historia, pueblan los lienzos de Pitti, quien casi sin darse cuenta narra con su peculiar estilo figurativo acontecimientos de su propia existencia.

"Siempre reflejo en mis cuadros vivencias personales que no están resueltas con la gente y las resuelvo en las obras. También incluyo una serie de frases que aclaran de qué va cada historia".

"Cuestiones como la maldad del ser humano, como nos tratamos, como nos ponemos la zancadilla siendo todos de la misma especie, el género humano, como nos hacemos daño unos a otros, o amistades mías de toda la vida que están rotas son algunos de los temas que reflejo en mis pinturas", confesó este creador.

Uno de los cuadros, por ejemplo el titulado "Los ángeles del albor", recrea un grupo de guacamayos de diversos colores que están esperando pacientemente que un loro desplumado, encerrado en un jaula, se muera alimentándolo con frutas que los loros no pueden comer, como aguacates o uva, describió Pitti.

El humor negro y la ironía son también aliados de este pintor que encarna personajes con formas de bichos para reflejar una amistad fallida, o un árbol del paraíso que ha crecido sobre la cabeza de un gran elefante, que aplasta a varias jirafas, en el que diversas figuras humanas comen de la manzana prohibida.

Otra de las piezas que presenta en el Museo de Bellas Artes evoca la boda de una planta, una liria (la mujer del lirio), a la que acuden todas las flores del jardín que el pintor personifica para rendirle homenaje a la novia.

La rosa la presenta como una mujer oronda con grandes pechos con un ramo de flores en sus manos, el diente de león se encarga de calzarle unos zapatos blancos, otra le va a poner el velo, la buganvilla la protege, al igual que la luna. Curiosamente, también aparece la maldad detrás de la liria, con unas tijeras amenazantes y con el mensaje de que puede cortarles a todas el tallo y meterlas en un jarrón con agua.

Hugo Pitti practica una especie muy peculiar de realismo mágico, con pinturas llenas de colores contrapuestos cercanos unos de los otros, que hacen que los cuadros vibren con unos singulares efectos visuales, muy matéricos, en los que siempre aparecen referencias a la figura humana o a animales antropomorfos.

"Mis obras son como sentimientos a los que voy dando forma, encarnándolos. También ronda siempre la transformación de la persona, como una cabeza en bichos o frutos. Siempre represento en mi obra la figura humana".

Hugo

Pitti

artista plástico