Una antología de semblanzas de políticos que va desde los primeros años de la Transición hasta 2007, titulada "Mis queridos políticos" y confeccionada a base de "retratos poéticos y antipoéticos", todos escritos por Francisco Umbral, le rinde homenaje en el décimo aniversario de su muerte.

Seleccionados por el profesor universitario y dramaturgo Guillermo Laín Corona para la editorial Renacimiento, los "retratos" van de Manuel Fraga -sobre el cual se incluyen varios textos, incluido un soneto- a Jordi Pujol, y de Felipe González a Mariano Rajoy.

Premio Cervantes, con más de cien libros publicados, Umbral escribió al menos un artículo al día durante medio siglo y fue el gran cronista de la Transición en los principales periódicos y revistas de difusión nacional y, además de inventar neologismos y hasta signos de puntuación, supo labrarse una imagen de personaje en la radio, la televisión y en sus comparecencias públicas.

De que nunca rehuyó la provocación es prueba la portada de su libro "Los políticos" -una de las fuentes de esta antología- en la que tan sólo unos meses después de la muerte de Franco se hizo fotografiar leyendo desnudo, cubriéndose apenas con su legendaria "Olivetti" -una imagen que también se reproduce en esta antología-.

Umbral, que cultivó casi todos los géneros literarios, no distinguía entre literatura y periodismo y, aunque no fuera poeta en sentido estricto, impregnó de lirismo casi todos sus libros y no pocos de sus artículos, como recuerda Laín Corona al justificar que, para esta antología, sólo se hayan usado textos periodísticos.

De la obra de Umbral dijo Luis María Ansón que "deja para la historia de la Literatura una prosa poética encendida de endecasílabos, incendiada de hallazgos audaces. Pero no fue poeta. Dios le sustrajo, como a Cervantes, ese don", mientras que Laín Corona recuerda que Umbral concebía la literatura "de una forma total, sin distinciones de géneros".

Y del mismo modo abordaba el periodismo, en sus artículos, siempre de opinión, nunca de información, como si de ensayos literarios se tratara, una idea que refuerza esta selección de artículos dedicados a los políticos del momento, pero también literarios, de ahí que escribiera que el periodismo era "un placer gimnástico de la mente".

"El artículo es el soneto del periodismo", dejó escrito el mismo escritor que, frente a las pretensiones de objetividad, hizo bandera del rumor como base de su escritura periodística, tal vez como un rasgo más de su actitud provocadora, para la cual también se sirvió de "un aire entre histriónico, exagerado y estetizado, que no permite cuanto de verdad y de pose hay en sus bravuconadas", en palabras de Laín Corona.

La antología se compone de 80 textos, no todos perfiles personales, como es el caso de "Los rojos" o "Los tres tenores" -dedicado a Felipe González, Pujol y Aznar-, y se acompaña de una bibliografía sobre la obra de Umbral de una veintena de títulos críticos firmados, entre otros, por Miguel García-Posada, Santos Sanz Villanueva, Luis María Anson y Anna Caballé.

"Anatomía del gilipollas", "Antología de tontas", "Políticos rebajados", "Los cinco jinetes de la minicrisis", "Los hermosos segundones" y "Los follamadres" son algunos de los títulos antologados que dan muestra de la afilada crítica que Umbral ejerció con los políticos.

Al mismo tiempo, por los políticos sintió una inevitable atracción -como otros escritores articulistas de su estirpe como Azorín o Wenceslao Fernández Florez- y tampoco les escatimó el elogio e incluso el homenaje.

Es el caso de Jorge Semprún, del que dice que González se fijó en él "porque sabe decir catorceavo en francés"; de Felipe González destacó su "bondadosidad"; a Suárez lo definió como "el mozo castellano que violentó la Historia"; de María San Gil escribió que "nada tan entrañable como la entraña valiente de una mujer"; y de Rajoy -en un artículo de hace quince años- que es "más dandy por lo que calla que por lo que dice".