La Dársena de los Llanos del Puerto de Santa Cruz de Tenerife volvía a acoger anoche el tradicional Concierto de Navidad de Puertos de Tenerife veinticuatro años después de aquella primera cita. El concierto comenzó puntual, a las 21:01 horas, lo que agradeció profundamente el público asistente que, a pesar de no ser de las noches más frías que se recuerdan, acudían bien pertrechados y se cubrían ante el aire fresco que a veces nos hacía tiritar. La puntualidad y la organización se agradeció desde un principio, la apertura de accesos un poco antes de la hora programada facilitó la fluidez de entrada del público que, fiel a esta cita, volvió a completar el aforo. Cabe destacar que el cartel de "no hay invitaciones" se había colgado desde el 18 de diciembre en los puntos de distribución habituales.

Una elegantísima Ana Molowny, presentadora del concierto, nos introducía en una noche que a la postre se convertiría en mágica siendo de esas contadas ocasiones en las que la música y la excelencia artística están muy por encima de cualquier otra circunstancia. Era patente desde el principio, los acordes de "El Lago de los Cisnes" de la Suite, op. 20 -"Scène: Moderato"- de Piotr Ilyich Chaikovsky (1840-1893) fueron exquisitamente ejecutados por una OST con mucho cuerpo, en un colorido y amplio escenario, que dejaba a las claras su indudable calidad musical de talla internacional. Una obra, "El Lago de los Cisnes", cuya primera presentación tuvo lugar en el Teatro Bolshói de Moscú con la coreografía de Julius Reisinger el 4 de marzo de 1877.

Bajo la atenta dirección de Víctor Pablo Pérez, honorífico de la orquesta, continuó el concierto con una selección de otro ballet mundialmente conocido, "El Cascanueces", también obra de Chaikovsky, en concreto de la Suite nº 1, op. 71a la "Ouverture miniature: Allegro giusto" y la "Danse caractéristiques: Marcha: Tempo di marcia viva". De la Suite nº 2 se interpretó con agilidad el "Pas de deux: Andante maestoso".

El plato fuerte de la noche fue sin duda el estreno absoluto de "la Leyenda de Gara y Jonay", con música del maestro Emilio Coello y letra de Benito Cabrera, una obra en tres actos que ocupó buena parte del concierto y traslada a un pentagrama esta conocida leyenda de amor canaria. Un estreno absoluto que se erige como un auténtico mensaje lanzado al mar para el mundo que, a través de los canales de televisión nacionales e internacionales, Radio Nacional de España o la web de Puerto de Tenerife, llevaban este concierto a miles o millones de personas en todo el mundo.

Fue toda una exhibición de sinfonismo del S.XXI aunque quizás un concierto como el de Navidad no fuera el adecuado para su estreno toda vez que, a pesar de la excelente sonorización, esta obra merece sin duda un programa de abono en nuestro auditorio.

Una instrumentación, un trabajo de orquestación y colores sonoros a la altura ya no de cualquier ópera contemporánea, sin más bien a la altura de la gran pantalla. "La Leyenda de Gara y Jonay" transcurre como una gran banda sonora que ya esboza, desde el inicio, su late motive principal, con un gran protagonismo del tutti orquestal, con logrados temas que son capaces de emocionarnos y removernos de la silla.

Una composición cuidada al detalle y que aúna la calidad técnica de su compositor, la vibrante interpretación de la OST y de las voces y cuerdas de Los Sabandeños cuyo papel protagonista hiló y dio más sentido si cabe al discurso musical y a unos textos donde se denota la poética sin exacerbaciones de Benito Cabrera, algo que consiguió mantenernos muy pendientes al desarrollo del estreno y al hilo argumental.

La obra contaba con voces conocidas en personajes principales tanto de la lírica de nuestra tierra como de los propios Sabandeños, así Gara era interpretada por una inconmensurable Candelaria González (soprano), Jonay por Javier Hernández (tenor), Ancor por Moisés Melián (tenor) y Gerián por Jeroboám Tejera (bajo). Voces redondas y sin excesos, con una extraordinaria dicción, lo que agradecimos y aplaudimos todos los presentes. Las apariciones de otros solistas secundarios daban luz a la narrativa, así, el Mencey de Adeje fue interpretado por Ricardo Borges (barítono), el Rey de Agulo por Josué Rodríguez (tenor), Guanche 1 por Antonio Hernández (barítono), Guanche 2 por Francisco Heras (barítono) y Guanche 3 por Samuel Fumero (tenor).

Fue Sofía Privitera quien, con su voz dulce por momentos y desgarrada por otros, iba sobrevolando con su narración la leyenda y nos permitió sentirnos dentro de la historia que se llevaba a escena. A toda esta atmosfera ayudaban las imágenes y vídeos de las pantallas gigantes del recinto, que proyectaban algunas escenas del conocido proyecto Guanil.

Una obra de corte épica que narra una epopeya y que aúna una impresionante gama de amalgamas, etnicidad canaria y folclore gomero reinterpretado por Emilio Coello, sin perder la esencia a través del uso singular de las chácaras, el tambor y el silbo, nuestro patrimonio inmaterial, que se hizo presente de manera sorpresiva de entre el público con los silbadores Silvia Torres Ravelo, Antonio Miguel Évora Hernández, Rogelio Botanz Parra, Claudia Cabello Gaspar y Ángel Román Martín.

Cabe destacar el peso específico y la contundencia de las voces de Los Sabandeños durante todo el concierto. Voces centradas, con carácter, con armonías nada fáciles que fueron capaces de solventar sin problemas y con una seguridad pasmosa en el escenario que solo se consigue con el trabajo duro y la veteranía del grupo más representativo de nuestras islas.

Repito, un estreno de altura para una obra de altura con unos textos y un discurso compositivo que bien merece ser interpretado en nuestro auditorio, para un disfrute claro, sin cortapisas de una obra.

Tras un momento tan intenso como el anterior, y tras varios minutos de ovación cerrada, el concierto cogía rumbo a su despedida con el villancico popular "Lo Divino", una visión característica del villancico con arreglos también de Emilio Coello y con la participación activa de las voces de Los Sabandeños, destacando a los tenores Juan Díaz y a Samuel Fumero con esas voces tan características. El cierre musical continuó con "Una sobre el mismo mar", el que sin duda se ha convertido en el villancico más popular y característico de nuestra tierra y seguidamente la "Marcha Radetzky" de Strauss, seña de identidad ya de este concierto.

Normalmente se acabaría todo aquí, con la despedida del maestro, la orquesta y la exhibición pirotécnica, pero esta vez no fue una de esas noches. La cuadratura del círculo musical exigía que Los Sabandeños tomaran el mando y fue así; sus púas y sus voces con acompañamiento orquestal, nos brindaron el "Islas Canarias", el archiconocido pasodoble que forma nuestro verdadero himno popular de las islas, y que fue el broche de oro para una noche mágica.

Un concierto que, bajo los sencillos y expresivos gestos del gran Víctor Pablo Pérez, las voces de Los Sabandeños y la OST, nos ha reencontrado con la Navidad exportando parte de nuestra idiosincrasia de Canarias a todo el mundo. Enhorabuena a los artistas y los organizadores por seguir apostando por la cultura musical de nuestra isla.

* Compositor

Director artístico de la AMLE y de la Banda Insular de Tenerife