Hace cinco días cumplió 67 años, pero Paloma San Basilio no se rinde. La actriz y cantante madrileña lidera "Sunset Boulevard", el musical que se instalará del 27 de diciembre al 4 de enero de 2018 en la Sala Sinfónica del Auditorio de Tenerife. "Hay una parte de mí que se resiste a alejarse de los escenarios", dice sobre su participación en una aventura de Jaime Azpilicueta cuyos créditos comparte con Gerónimo Raunch. La adaptación del clásico cinematográfico de Billy Wilder se estrena en este país en un formato que entregará a la ganadora de un Grammy Latino el papel de Norma Desmond. "El teatro, por encima de la música, se ha convertido en mi mejor refugio", confiesa.

Cumplir 67 años en activo es un síntoma de resistencia, ¿no?

Sí que lo es... Hay días en los que me hago preguntas relacionadas con el tiempo que llevo en esto y las cosas que sigo haciendo.

¿Eso no se planifica?

Hace bastantes años que dejé de hacerlo... Antes sí que me gustaba tenerlo todo bien apuntado en una agenda y ver cómo iba solapando los días. Un año antes, o incluso un año y medio, sabía las cosas que iban a ocurrir: las que tenían que ver con el trabajo (sonríe). Hace mucho tiempo que decidí vivir al límite y disfrutar este oficio tal y como viene.

Ilusión, ganas por seguir aprendiendo, vivir nuevos retos... ¿Eso forma parte de la "receta" para disfrutar en buenas condiciones su madurez artística?

Querer aprender cosas nuevas es el único secreto. Eso sí, hay que ponerle un poquito de ilusión a tus proyectos. Analizar lo que aún soy capaz es una tentación muy alta a la que no voy a renunciar... Esta es una profesión que te permite asumir muchos riesgos porque puedes estar en todas partes y en ninguna al mismo tiempo, es decir, es como experimentar esa curiosidad o fantasía que siente la niña que busca descubrir algo nuevo.

¿El teatro es su gran refugio?

Tiene algo que no te regalan otras artes escénicas... Aquí, por ejemplo, me permite meterme en la piel de Norma Desmond. A estas alturas de mi vida la piel está algo más desgastada, pero el teatro se ha convertido en un mundo más atractivo y sugerente que la música.

Paloma San Basilio habrá tenido que vivir múltiples crisis, ¿tiene la sensación de ser una "superviviente" de la escena?

Vivir es vivir en crisis. Suena raro, pero es así. El día a día de las personas está lleno de momentos en los que caes y otros en los que no queda más remedio que ponerse en pie. Lo importante es que exista la voluntad de seguir adelante. Las alegrías y las conquistas se van alternando sin que percibas esos júbilos y descalabros hasta que los tienes encima... Nadie puede decir que su vida es totalmente plana. A mí, al menos, no me gustaría vivir tocada por esa ausencia de emociones. Las cuestiones vitales se estimulan a base de preguntas, no es bueno ver pasar las cosas sin sentirlas porque siempre es mucho más vertiginoso notar que ese piso que tú crees que está muy sólido se remueve de manera inesperada.

¿Ha sentido muchas veces que el suelo que pisaba dejaba de ser firme?

Las mismas veces que lo puede llegar a sentir una persona. Es verdad que el hecho de ser un personaje conocido modifica la percepción que pueda tener la gente sobre mí, pero cuando salió la biografía "La niña que bailaba bajo la lluvia" (Aguilar / 2014) inicié un viaje interior que me permitió abrir un diálogo individual en el que me hice muchas preguntas sin tener miedo a las respuestas. Llevarte bien con la persona que eres, no con la que quieres ser o con la que otros quieren que seas, es una labor complicada. ¡Eso no tan es fácil!

Por fortuna, no es su caso, el papel de Norma Desmond describe el "epitafio" al que se enfrentan muchos artistas en el momento en el que se apagan los focos.

"Sunset Boulevard" es un musical de culto; una aventura con la que se pueden llegar a sentir más identificadas las personas que conocen este mundo que los espectadores que se emocionan con él... Hay que estar dentro para medir realmente lo duro que resulta sobrevivir a tantas amenazas. La frase que pronuncia Cecil B. DeMille resume perfectamente la trama: él le pregunta a Norma si quiere que se los quite de encima y ella le responde: "No hace falta, millones de admiradores ya se han quitado de encima". El gran error de un mito es no ver que en su vida hay algo más que los focos y un escenario. Los problemas aparecen cuando no sabes asumir el final. Yo he tenido que realizar grandes esfuerzos para huir de la voracidad que hace acto de presencia cuando muchos deciden darte la espalda. Eso es lo que me permitió llegar a los 67. Nunca pensé que el mito fuera yo, ni que otros me tratarán como tal.

Este musical es una gran "ensalada" de grandes nombres como Billy Wilder, Jaime Azpilicueta, Andre Lloyd Webber, Julio Awad, Gerónimo Raunch, usted...

Jaime es la persona ideal para dirigir esto... Él más que nadie es capaz de entender lo que está contando Norma. Azpilicueta es un hombre del teatro que empezó en esto como actor, por lo tanto, ha visto a la gente subir y bajar... Es un profesional que sabe destacar como nadie los matices que a mí me gustan. Desmond no es un personaje amargado, es un ser que cree que es una niña de 16 años que aún tiene que vivir grandes instantes en la escena. La realidad es que ya tiene 50. No me considero una actriz ni una cantante pura; soy un híbrido artístico que no se rinde.

En una de sus respuestas colocó al teatro por delante de la música a día de hoy, ¿cómo vive una intérprete que ha vendido millones de discos el momento de indefinición que vive la industria musical?

Yo tengo treinta y pico discos y, por lo tanto, debo reconocer que me gustaban los días en los que venía tu AR, un término con el que conocían a una persona de tu confianza que a mí nunca me gustó, y te decía: ¿por qué no hacemos un disco? Aquello exigía grandes preparativos y muchas horas de trabajo. No quiero que lo que voy a decir alguien lo puedan usar en mi contra esgrimiendo un posible sentimiento de nostalgia, oportunismo o pena, pero después de vender tantos millones de discos me queda la sensación de que no existo. Nadie viene a ofrecerte algo interesante que aún tienes facultades para hacer. Las reglas han cambiado...

¿Ahora todo funciona a impulsos, en base a unas modas de consumo rápido que están desvirtuado el sentido mucho más "artesanal" que tenía grabar un disco?

El mercado es la respuesta de lo que quiere la sociedad y no hace nada que le pueda generar un riesgo más o menos mediano... Puede ser que hayamos caído en un ciclo de consumo rápido que hace que lo inmediato se olvide pronto. Las canciones que se hacen hoy tienen una caducidad extrema. Su poca capacidad de permanencia no es una buena noticia, pero tampoco existe una necesidad de permanencia, por lo que todo acaba siendo extremadamente efímero.

¿Las culpas están repartidas?

La música se ha convertido en un líquido: fluye, pasa por delante de ti y cada uno consume lo que necesita. Dentro de cinco meses no te vas a acordar si un día pasaste sed o no... En esa constante fluidez resulta más complicado hallar experiencias constantes, rigurosas, serias... Los buenos compositores se han refugiado en el cine y la música de hoy me interesa poco o nada. Algo bueno queda, pero la mayoría es "fast music".

Vea la promoción del musical que estará en el Auditorio de Tenerife a partir del 27 de diciembre.