Nunca llueve a gusto de todos o para gustos se hicieron colores. Explícitos dichos populares que encajan con sentimientos dispares que se vivieron a altas pulsaciones este miércoles en el hotel Abama y que bajaron a menos cero cuando ya se supo a quién se otorgaban estrellas, que quitar no se quita ninguna a no ser que cierres o lo hagas pero que rematadamente mal.

Indudablemente, se diga lo que se diga, planeen las suspicacias que planeen, se intuía que el acto de la Guía roja en Tenerife tendría y tendrá repercusión planetaria. Por antes, con la llegada a goteo del prestigio de este mundo gastronómico en peso (casi a la par de lo que pueda llamar el cine o el fútbol) y el porvenir, que va a quedar en la retina de un turismo ávido de gastronomía y otras cosas.

La emoción se sirvió en forma de "estrellita volandera" que se posaba en el mapa. En los estrenos, hasta en 17 ocasiones y una de ellas en nuestro mapa, en la Isla. NUB, de Andrea Bernardi y Fernanda Fuentes, y después con noticia de que no hay licencia. ¿Cosas "raras"? No es un tema baladí, desde luego, pero que no debe empañar esta nueva incorporación al club: son ya 6 estrellas. Enhorabuena a la pareja, que gestionará como debe este hito, estoy seguro.

Yo había dejado crónica preparada para luego del anuncio: Braulio Simancas y Las Aguas del Bahía del Duque. Estrella fugaz y una lástima porque podían haber sido 7. Quizá un homenaje a las 7 islas desde Tenerife. Disfrutemos las que tenemos sin dejar de analizar lo que se puede mejorar.