No sabe explicar con exactitud la sensación que experimenta en el momento en el que se sube en solitario a un escenario para enfrentarse al público que aguarda sus canciones, pero está convencido de que es una aventura "maravillosa". Así, en singular, se mostrará mañana Coque Malla (1969) en el arranque del Festival de Cortos Villa de La Orotava. Criado en una familia de actores, el madrileño afirma que su música "no se entiende sin esos referentes escenográficos que trata de mostrar en sus directos".

En los últimos años Tenerife aparece con frecuencia en sus itinerarios musicales, ¿da la sensación de que está recuperando algunos vacíos del pasado?

Todo ha coincidido así (silencio)... En los últimos años he pasado por La Laguna y La Orotava. Ahora repito en el Auditorio Teobaldo Power. Me han vuelto a llamar y no soy de los que pone reparos a viajar a las Islas porque esa es una tierra en la que me siento cómodo.

¿Cómo es el espectáculo que mostrará mañana en el Teobaldo Power?

Es un repertorio en el que hay cosas de "El último hombre en la tierra" y algunos temas nuevos, pero esta vez voy solo... Estoy muy satisfecho con esta fórmula porque no es fácil encontrar el repertorio justo y la unión adecuada para dotar a un concierto de sentido. Este directo fluye y no hay espacio para el aburrimiento. Está mal que lo diga yo, pero creo que este repertorio es mejor que el que llevé la última vez: lo he pensado de otra manera.

¿Esas canciones nuevas de las que habla acabarán en un disco próximamente?

Antes llegará un álbum en vivo que grabé en verano en el Nuevo Teatro Alcalá de Madrid en compañía de Amable Rodríguez, Dani Martín, Jorge Drexler, Iván Ferreiro, Neil Hannon... Saldrá a la venta el 8 de febrero, por fin, y es un concierto en directo en el que no hay canciones nuevas. Son recuerdos interpretados con unos amigos.

El cara a cara entre un artista y los espectadores continúa siendo el mejor aval en los tiempos que corren, ¿no?

Eso siempre funcionó así. Es evidente que esta industria ya no es lo que era, pero la emoción artística solo se puede experimentar con el directo... Lo novedoso es ese momento de intimidad que reservamos a un cantante, es decir, el instante en el que llegas a casa y pones la canción de un cd que acabas de comprar, escuchas el tema que te bajas de internet o activas una aplicación para oír un Spotify. Lo otro es una fiesta. Todo lo que ocurre en una plaza de toros, un campo de fútbol o la plaza de un pueblo continúa siendo una explosión de júbilo: lo que han cambiado son las reglas del juego.

¿Qué valor le da los efectos escénicos en sus directos?

Yo tengo muy en cuenta el filo hilo narrativo que se produce en un concierto entre el artista y el público. Hay gente que entiende un concierto como una manifestación puramente musical y se dedica a tocar canciones una detrás de la otra, y otros que creemos que en un directo tiene que existir una teatralidad, aunque sea de una forma muy sutil. El primer posicionamiento es entendible, pero yo prefiero moverme en el segundo. Esa escenificación de la que hablo implica colocar los temas de una forma ordenada, esperar el momento adecuado para hablar al público, usar una luz determinada... No creo que eso reste naturalidad. Al contrario, genera una sensación de complicidad que trato de llevar a rajatabla de forma obsesiva.

Desde fuera se le ve bastante conforme con el momento que está viviendo.

Sigo viviendo una aventura agradable; el día que no esté satisfecho con lo que hago será el momento de empezar a pensar en dejar un oficio que me sigue dando muchas alegrías. Si, además, el público siente lo que haces las ganas de continuar no desaparecen.

¿Después de tantos años en la brecha tiene claro qué es lo que ocurre cuando se produce ese "chispazo" entre los músicos y los espectadores?

Eso es algo que no voy a descubrir nunca, pero tampoco me preocupa encontrar una respuesta más o menos lógica... La música es como el sexo, hay que sentir que eres libre. Lo más relajante y liberador que puede haber es no pensar ni analizar demasiado las cosas. No es bueno tomar notas de lo que está sucediendo. Cuando haces el amor hay que dejarse llevar, no pensar en lo que siente la otra persona. Pues aquí, pasa algo parecido...

Concierto: 11 de noviembre.

Lugar: Auditorio Teobaldo Power de La Orotava.

Hora: 21:30.