"Nos preguntamos cómo se siente nuestro cuerpo, en el día a día, en la rutina de la vida de cualquier individuo. Nos movemos y, sin embargo, no hacemos el uso extraordinario de nuestro cuerpo y nuestra mente como deberíamos. Darse tiempo, cuidar de él y sentir cómo nos envuelve mágicamente. El agua, la lluvia, el espacio circundante. La danza de los sentidos es ese momento donde el movimiento se entrelaza con la estimulación sensorial, haciendo de ello un espectáculo donde se conjugan las emociones, el movimiento, y donde los canales receptores se amplían para dar la respuesta esperada a lo que nuestro cuerpo plasma".

Con esta reflexión que interroga al propio espectador explica Margarita Sagasti Molina, técnico de atención a personas dependientes y miembro del gran equipo humano que compone esa gran familia que es Horizonte, el espectáculo que representarán hoy en el salón de actos del Espacio Cultural CajaCanarias, a las 19:30 horas, y que lleva por título "La danza de los sentidos", un proyecto hecho realidad tras muchos meses de intenso trabajo y que regresa al mismo escenario que lo acogió por primera vez, hace tan solo cinco meses.

El grupo de expresión creativa de Horizonte, compuesto por usuarios, personal técnico y voluntarios, propone al público asistente una atractiva puesta en escena que combina la danza con la estimulación sensorial. "En este espectáculo veremos objetos imposibles y personajes luminosos en movimiento, pero no a las personas que están detrás, y una luz ultravioleta que acentuará el efecto mágico de la representación y un preciso apoyo musical que subraya lo danzado y lo expresado", resaltan los responsables de este proyecto en el que participan (protagonizan) usuarios con edades comprendidas entre los 24 y los 64 años con diversidad funcional.

Margarita Sagasti, junto a Ana María Quintero, encargada del taller de expresión corporal de Horizonte, tiene claro que "el objetivo de esta obra es permitir a nuestros usuarios vivir la experiencia dramática como una fuente de desarrollo global y como un vehículo de crecimiento grupal". Esa es la premisa desde la que parte este sueño construido mes a mes con el esfuerzo, el tesón, la valentía y la ilusión de todos los que son y en este caso están: usuarios, técnicos, familias y voluntarios, fusionados en un "baile" que genera con cada pieza representada un amplísimo espectro de emociones, que por momentos resulta hasta brutal, por lo directo, por lo sorprendente, por lo inusual. Hay magia, hay poesía en movimiento, hay una transmutación constante que se escapa de los actores y alcanza irremediablemente al espectador, transformándolo en una pieza más de un engranaje mágico, elaborado con luminosos filamentos medulares.

Quienes hayan vivido ya la experiencia de asistir a este espectáculo coincidirán en el gratificante desasosiego que, por momentos, uno experimenta. Esa transición que oscila de forma natural entre la risa, el llanto, la sorpresa, la complicidad, el asombro... y que extiende sus alas más allá del tiempo que dura esa danza de los sentidos... como un eco que se prolonga en lo más profundo, allí donde la conciencia habita.

En este caso, la palabra "capacidad" ensancha sus pulmones para respirar una realidad inusual, distinta, reveladora y simple. Y, a la pregunta con la que se abre este texto, el espectador añade otra serie de interrogantes sobre uno mismo, sobre sus capacidades, sus miedos, sus propuestas vitales... y eso es de agradecer profundamente.

Solo cabe recordar a aquellas personas interesadas en asistir a esta nueva representación de "La danza de los sentidos" que aún están a tiempo de adquirir su entrada en las oficinas de la Asociación Horizonte (edificio anexo al colegio público de educación especial Hermano Pedro, trasera de la calle Gara y Jonay, s/nº), en las librerías El Libro en Blanco (c/ Juan Pablo II, 35, de Santa Cruz de Tenerife) y Nobel (c/ San Juan, nº 8, de San Cristóbal de La Laguna) y en el hall de la entidad cultural CajaCanarias hoy mismo, antes de la función, al precio de cinco euros.

Como recomendaba Hermann Hess en su "Lobo estepario": "Teatro solo para locos". Un regalo para los sentidos.