El Aula de Museología Crítica Fernando Estévez ya es una realidad. El pasado miércoles se abría este espacio en el Museo de Historia y Antropología (MHA), en la Casa Lercaro de La Laguna, con una conferencia que bajo el título "Museos en la era de la economía y el turismo. ¿Cuál es el papel de los museos sociales y críticos?", pronunciaba el profesor de Antropología Social y Museología en la Universidad de Barcelona, Xavier Roigé Ventura.

El "discurso expositivo" previo, con el que se daba por inaugurado formalmente este punto de encuentro para el debate y la reflexión de ideas, lo pusieron Amaya Conde y Colola Chinea.

La primera, consejera delegada de Museos del Cabildo de Tenerife, destacó que el mejor homenaje posible a la figura de Fernando Estévez no es otro que el de "seguir siendo críticos" y "continuar mejorando como personas y científicos".

Por su parte, la directora del MHA, quien se consideró "deudora de la forma de hacer y pensar" de Estévez, recordó con nostalgia las reuniones de musas, las sesiones de debate y las innumerables lecturas que le alumbró la sabiduría de aquel genio innovador.

El resultado de aquel "magisterio", de su memoria viva, toma así forma en un lugar abierto a la palabra y al intercambio.

El profesor Xabier Roigé Ventura desarrolló una charla viva, apoyada en la proyección de imágenes, que estructuró en dos partes. Una primera, bajo el epígrafe Museos en mutación y la segunda, que a manera de interrogante cuestiona si existe museología crítica.

Como conclusión, presentó una serie de retos que se plantea la disciplina, entre otros, cómo trabajar para la comunidad en la era de la globalización, incidiendo en la raíz, lo próximo, la identidad.

Cuestionó si la sociedad quiere o no museos y qué piensa la ciudadanía de los museos; expuso la contradicción abierta entre la mercantilización y la generación de recursos, como fuentes de financiación, así como los cambios que provocan las nuevas tecnologías.

Y puso el énfasis en mostrar museos más divertidos, capaces de estimular al público; en la necesidad de pensar en espacios para niños y la de reivindicar que lo pequeño es hermoso, o en museos más sociales, lugares participativos donde sea posible opinar.

Y, como última idea fuerza, el hecho de que invertir en museos es invertir en cohesión social.

Xabier Roigé

profesor antropología social y museología en la universidad de barcelona