Un sueño de una hora. Eso es lo que propone la actriz y bailarina tinerfeña Paula Quintana en el espectáculo "Siempre, en algún lugar", que estrena hoy, sábado, a las 20:30 horas, en el Auditorio de Tenerife. Esta nueva propuesta, de carácter multidisciplinar, aúna en escena cine, teatro y danza.

"Es una obra que utiliza tres lenguajes, texto, danza y proyecciones con la idea de crear un espectáculo en el que de alguna manera te dejes llevar viéndolo, que no sea un montaje en el que tengas que reflexionar. La intención es que la gente se deje llevar por lo que le piden las emociones, que desconecte la cabeza. Es una pieza lenta, calmada, un poco hipnótica, porque queremos que el público salga del mundo durante una hora y conecte con otra cosa, con una paz, una calma...".

Este montaje, que luego viajará a Gijón y volverá a Adeje (17 de noviembre), apoya una de sus patas en un poema escrito para la ocasión por la autora Cristina Redondo, quien propone que la protagonista hable con el público y atraiga su atención a través de la emoción y la intuición. "El texto es muy poético y te va llevando de un sitio a otro sin que te des cuenta para recuperar el aire, la luz, el mar...".

Esta es la primera vez que la bailarina canaria introduce proyecciones cinematográficas en una de sus propuestas. "Me gustan todos los elementos que sirven para contar algo, en este caso se trata de recrear un mundo un poco surrealista, como de sueño, onírico. En este sentido, las proyecciones son fantásticas, no son adornos, porque aparecen cosas que yo en escena no podría contar. Es algo más simbólico, como un sueño que va sucediendo. Por eso soy partidaria de incluir elementos que son imprescindibles, no porque sean bonitos. En este caso todo es más rico, más surrealista con las proyecciones".

"Siempre, en algún lugar" tiene muy presente los diferentes campos de la danza en los que se ha formado Quintana, una mezcla de flamenco y tendencias contemporáneas, que siempre busca conectar con los demás a través de las emociones.

"La danza es un lenguaje que conecta directamente con las emociones, como la música, pero la danza es más física, transmite energía en directo".

Quintana, que el mes pasado actuó en Italia y en Grecia, además de en diversos puntos de la península, vive un momento muy dulce profesionalmente. "Ando de aquí para allá con proyectos bastante interesantes que están saliendo. Estoy aprovechando el momento y me mantengo fiel a mi estilo y a mi manera de ver la danza. También me estoy metiendo en un mundo que me apasiona, como es el audiovisual".

En este sentido, adelantó que ha empezado un idilio fructífero con el cine. Participa en dos películas que espera se estrenen el año que viene. "Rodamos un largometraje, titulado Cádiz, Cádiz, con un director mitad alemán y mitad argentino, Pedro Loeb, una historia en la que hago de bailarina, soy coprotagonista con otra chica. En el otro largo hemos rodados la primera parte y está pendiente la segunda. Se titula Amma y está dirigida por el valenciano Ferran Brooks. Son películas con un estilo muy poético".