El polifacético mundo creativo del artista tinerfeño Francisco Borges Salas (1901-1994) está bien reflejado en la exposición que se le dedica, hasta el próximo 13 de octubre, en el Espacio Cultural La Capilla de la Universidad de La Laguna (ULL), donde se exhiben una treintena de sus obras.

"Francisco Borges, un genio olvidado" reúne trece dibujos, trece pinturas, algunas de ellas inacabadas, cuatro esculturas y un arcón, en el que se refleja su gusto por la ebanistería. La mayoría de estas piezas pertenecen a diferentes miembros de la familia del citado creador, además de otros particulares, y proponen un recorrido por el acontecer plástico de uno de los principales autores del arte canario del siglo XX y de los menos difundidos por las instituciones oficiales del Archipiélago, aunque el año pasado se desarrollaron varias muestras sobre él en la sala de Esculturas Bronzo de La Laguna y en el portuense Instituto de Estudios Hispánicos.

Esta iniciativa de la ULL dedicada a Borges Salas, que dominó diferentes técnicas creativas, también incluye obras de su etapa en Venezuela, su periodo menos conocido, país al que emigró en el año 1941 debido al ambiente hostil que vivía en su ciudad natal con el franquismo. Críticos de arte como Eduardo Werterdahl vieron en este creador a un verdadera artista de vanguardia europeo que volcó su creatividad en la pintura, escultura, grabado, dibujo, mural y en muebles.