Georgie Dann era un maestro a la hora de animar los meses más calurosos del calendario. Cuando no estaba entretenido en "El chiringuito" le daba por prender "La barbacoa". Los veranos parecían menos veranos si su lacada cabellera no se colaba en nuestras vidas. ¿Qué fue de la canción del verano? ¿Dónde se perdió la esencia del "Te vas a enamorar" de Palito Ortega, el "Me lo dijo Pérez" de Los 3 Sudamericanos o el "Mambo Number Five" de Lou Vega? Los que creían que esa tradición se había perdido para siempre, que ya no había margen para creer en el "Salomé" de Chayanne, el "Asereje" de las Ketchup o en el "Que la detengan" de David Civera, tienen una razón de peso para confiar en Luis Fonsi. Su "Despacito", al margen de anexiones o fobias que pueda generar, funciona.

Unas siete mil personas bailaron y cantaron anoche el "Despacito" en las inmediaciones del Parque Marítimo de Santa Cruz de Tenerife. El sonido mejoró sensiblemente con respecto a lo pasó 24 horas antes en el concierto de Rubén Blades: desde la mitad del recinto se percibía un ligero incremento de decibelios. La despedida de Fonsi del XI Festival Mar Abierto estuvo a la altura de las expectativas que se habían creado sus seguidores. Y es que hoy por hoy, el artista puertorriqueño es una especie de flautista de Hamelin que mueve masas en todo el mundo... Es cierto que se esperaba una respuesta más contundente en su regreso a las Islas, pero la producción artística de "Love + Dance World Tour" fue impecable. Lo fue por el grado de madurez en el que se encuentra la carrera de un creador que ha sabido medir sus pasos hasta convertirse en un fenómeno de perfil internacional. En su defensa hay que decir que Fonsi es mucho más que el chico que se está comiendo el mundo con "Despacito". Ayer, por ejemplo, confirmó de principio a fin que tiene bajo control todo lo que ocurre en el escenario; también las emociones que fluyen fuera de él. Durante casi dos horas intercaló instantes eléctricos -los llamados sonidos urbanos o emergentes- con pausas en las que apareció su costado más romántico.

Lo dijo un día antes en Las Palmas de Gran Canaria y lo volvió a repetir en la isla de enfrente. "Aquí fue donde empezó todo", señaló antes de desenfundar un repertorio en el que baladas y ritmos de vanguardia provocaron una mezcla irresistible. La clientela más reciente aguardó inquieta a que sonaran las estrofas del superventas que comparte con Daddy Yankee. Eso sí, antes llegó "Tanto para nada" o "Corazón en la maleta". Fonsi sabe que "Nada es para siempre", pero en una de sus numerosas vueltas al pasado se detuvo en el tema que empezó a regalarle fama en el Archipiélago ("Imaginarme sin ti"). Fonsi utilizó su paso por Canarias para testar al público con un título que formará parte de su próximo disco ("Apaga la luz"). Con "Gritar" apuró la primera parte de una actuación que se presentó en su ecuador con "Llegaste tú" y "Por una mujer". ¡Seguía sin sonar el "Despacito"!

Los seguidores de largo recorrido identificaron en los dos "medleys" melodías que han moldeado a un cantante que no deja de batir récords ("Quisiera poder olvidarte", "Abrazar la vida" o "Respira", en el primer bloque, y "No te cambio", "Claridad" o "La mentira", justo antes de pregonar que "No me doy por vencido"). La tercera entrega del ciclo "Cepsa te acerca tu música" no murió sin los clásicos bises. Después de la espera recomendada sonaron "Aquí estoy yo" y, de nuevo, "Despacito". El sábado, casi domingo, se fue tras una jornada que algunos vivieron de una manera muy intensa: desde las once la mañana ya había jóvenes apostados junto a El Palmétum para vivir la experiencia de cerca. Fonsi, al igual que Steven Tayler (Aerosmith) y Rubén Blades, acabó envuelto en los colores del CD Tenerife.