El artículo que le dio a Pablo Jerez Sabater el XLVII Premio de Periodismo Leoncio Rodríguez, publicado en el suplemento La Prensa el 30 de julio de 2016, arranca de forma arrebatadora. "Guillermo Ascanio Moreno (1907-1941) tuvo la suerte de nacer en una isla que llevaba la revolución en la sangre", escribió el licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Sevilla para introducir a los lectores en una vida en ebullición. En "La bala que silenció a Guillermo Ascanio" se exalta el carácter agitado de un joven formado como ingeniero industrial en Alemania, que regresó a España para alistarse como voluntario en las milicias republicanas. "Setenta y cinco años después de ser fusilado en el cementerio del Este de Madrid su nombre aún suena a revolución y a libertad", sostiene el especialista en Arte Español Moderno por la Universidad Pablo de Olavide. "Era un hombre que nunca se puso mordaza", cuenta el autor de una composición periodística que especula con la posibilidad de que "podría haber sido el protagonista de los célebres versos de su paisano y socialista represaliado Pedro García Cabrera". Jerez Sabater destaca la importancia que tuvo una voz que a los 23 años fundó las Juventudes Socialistas de La Gomera. Guillermo Ascanio, que participó en el reclutamiento del batallón Canarias, que era una unidad de voluntarios izquierdistas y antifascistas reclutada entre oriundos de las Islas desplazados en la Península, concretamente en la zona leal a la República. "Es de justicia destacar una figura que ha pasado sin mucho protagonismo por la historia reciente de este archipiélago", reivindicó el galardonado, quien, a su vez, agradeció la confianza depositada por los miembros del jurado en este trabajo. Con un final en el que Guillermo Ascanio enumera cada una de las "trampas" que puso a sus enemigos, Pablo Jerez Sabater elige una frase para cerrar un artículo corto, pero preciso. "Ahora, hagan lo que quieran", sostiene el hombre que se enfrenta a la bala que lo silenció para siempre lejos de su tierra natal.