Jadel "regaló" anoche una buena colección de canciones a los espectadores que acudieron al concierto que dio en la Sala de Cámara del Auditorio de Tenerife. Acompañado por cuatro músicos, y un aliado sorpresa, el compositor y cantante local edificó un espectáculo en el que convivieron piezas únicas que se incluyeron en su primer disco ("Llévame") y otras que tomó prestadas de artistas -a los que hizo unos buenos arreglos- por los que siente una atracción especial.

Jadel hizo diana con su primer flechazo musical. En cuanto sonaron al piano las notas iniciales de "Solamente una vez" el público fue consciente de que iba a degustar una velada con forma de corazón. Su voz se adaptó sin dificultades al inmortal clásico de Los Panchos, que él se llevó a un terreno más próximo a Luis Miguel. Así arrancó un espectáculo que se balanceó entre las estrofas de "La barca", "Suave" e "Inolvidable" antes de que emergiera con fuerza el "Y si fuera ella" de Alejandro Sanz. Con esos ingredientes difícilmente nadie pudo rechazar dar un "Sí al amor".

La cita volvió a bajar sus revoluciones con su "Bésame mucho". Una sincera declaración de intenciones con la que Jadel agotó el primer cuarto de un concierto que vivió un instante especial cuando el solista invitó a su amigo Francis Hernández para que le acompañara en el piano en una interpretación fantástica de "Getsemaní - No es por ti".

"Llévame", "Te he echado de menos" y "Ahora" se encadenaron antes de que se produjera una explosión de júbilo con el "Azul" de Christian Castro. Sin perder ni un gramo de romanticismo, Jadel moldeó la parte más agitada de una reunión que vivió uno de sus picos más altos con la interpretación de "La mordidita". Eso sí, quedaba más amor. Y es que San Valentín sobrevoló el Auditorio durante casi una hora y media. El tiempo que Jadel tardó en cantar su carta de amor.