Una veintena de jóvenes estudiantes de arquitectura en Barcelona, la promoción 85, escribió una de las hojas más brillantes de la historia del arte de los años 60 en España: reunir ciento cuarenta obras realizadas para ellos por los mejores pintores, escultores y arquitectos del momento, muchos de ellos desconocidos en aquella época en el país.

Un centenar de aquellas piezas integran la exposición "Una colección para un viaje", que se inauguró ayer en la "recuperada" sala de arte del Colegio Oficial de Arquitectos de Canarias (COAC) en la capital tinerfeña, donde se podrán contemplar hasta el próximo 17 de abril.

Para hoy está prevista una conferencia, a partir de las 20:00, en el salón de actos del COAC, sobre "Dora Maar, con o sin Picasso", a cargo de Victoria Combalía, crítica de arte y comisaria de la exposición junto al arquitecto tinerfeño Vicente Saavedra. La entrada será libre.

La nómina de artistas que respondieron generosamente a la llamada de aquellos jóvenes arquitectos para que pudieran realizar su viaje de fin de carrera por Europa está integrada por los mejores del momento, solo se notó la ausencia de Picasso, al que se le invitó a participar en tres ocasiones, pero no respondió, y Dalí, al que vetó Miró, que sí envió un dibujo, según explicó el arquitecto tinerfeño Vicente Saavedra, uno de los artífices que promovieron esta loable iniciativa.

Naum Gabo, Otto Dix, el genio de los bodegones Giorgio Morandi, el propio Miró, el mexicano Rufino Tamayo, Saura, Rafael Canogar y Guinovart del grupo El Paso, el arte cinético de Víctor Vasarely, Lucio Fontana o Max Bill, Tápies, Hartung, además de Martín Chirino y Manolo Millares, cuya obra desapareció junto a otras cinco cuando se expuso la colección por primera vez en Barcelona, están presentes en esta valiosa muestra reunida en Santa Cruz.

También hay dibujos de escultores como Subirachs, César, Ossip Zakdine, Kenneth Armitage, Manzu, o Emilio Greco; y una fotografía de un proyecto de la Universidad de Bagdad remitida por el arquitecto y urbanista alemán Walter Gropius, fundador de la Escuela de la Bauhaus, y por Alfred Roth, o dibujos de Richard Neutra y Gio Ponti.

"Una colección para un viaje" es una especie de enciclopedia del arte que refleja el poder de la abstracción en aquella época. Como asegura la comisaria Victoria Combalía, es un "radiografía del arte de aquel entonces. En estas obras se pueden ver todos los movimientos existentes en aquella época en el mundo de la abstracción, entre otras tendencias".

Informalismo, tachismo, abstraccción lírica y geométrica, surrealismo, constructivismo ruso y también figuración son los estilos que practicaron estos genios del arte, muchos de los cuales irrumpieron con su obra regalada en aquella aislada España franquista de la mano de este grupo de impetuosos alumnos de arquitectura.

Todas los autores "condensaron" su obra sobre cartulinas DIN A4, con unas medidas de 31 por 22 centímetros, que les remitieron los estudiantes dentro de un sobre con la invitación para participar, y "firmaron" cada una de ellas en su parte inferior con un texto-sello que decía "85 promoción de arquitectos. Barcelona. España".

Solo hubo un artista, el francés Pierre Soulages, representante del tachismo al que denominan el "pintor del negro", que salió del formato que domina la colección y envió una litografía titulada "Formas" con unas medidas de 90 por 56 centímetros.

La muestra está complementada con varios expositores en cuyo interior se observan recortes de periódicos que explican cómo fue la iniciativa que emprendieron aquellos neófitos arquitectos en Barcelona en los años 60, fotografías del grupo que participó en la experiencia, catálogos en los que se informaron de los artistas de la época a los que tenían que invitar, sobre todo los extranjeros que eran desconocidos en el país, cartas y tarjetas que intercambiaron con algunos de los creadores y el denominado "Libro verde", en el que se incluyen los análisis de las obras arquitectónicas visitadas por los alumnos durante su viaje por Europa como proyecto final de carrera. Sueño que cumplieron gracias a la desinteresada colaboración de aquel nutrido grupo de artistas y arquitectos que colmaron la historia del arte moderno de aquel periodo.