Fotografías captadas a lo largo de siete décadas muestran la naturaleza y las tradiciones en Tohoku, la región del norte de Japón que sufrió el terremoto y el tsunami de 2011 y que en la muestra fotográfica del mismo nombre la revela no como una víctima del desastre, sino en su vida cotidiana.

"Tohoku" es una exposición con obras de nueve fotógrafos japoneses y una colectiva que se verá hasta el 16 de febrero en la sede del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, que organiza la muestra en colaboración con la Embajada de Japón tras haberse expuesto en Berlín y Roma, y que luego será instalada en Milán.

Keiko Ozaki, subdirectora de la Fundación Japón en Madrid, explicó hoy en la presentación de la muestra que la región de Tohoku es conocida por su clima duro y frío, con abundancia de mares interiores, montañas, ríos y bosques, y sus habitantes aún creen en el animismo y los chamanes, con un respeto a la naturaleza más fuerte que los japoneses que viven en la urbe.

Tohoku es la sección noreste de Honshu, la isla más grande del archipiélago japonés, y se divide en seis prefecturas: Aomori, Iwate, Akita, Yamagata, Miyagi y Fukushima, y es también el centro de la cultura Jomon, la de los primeros habitantes de Japón, que floreció hace entre 3.000 y 15.000 años antes de Cristo, conocida por su cerámica decorada con marcas de cuerda.

En las fotos expuestas en "Tohoku" se percibe la mirada fiera de las primitivas máscaras de cerámica de esta cultura, pero también tradiciones como un festival de niños, la vida rural, la pesca y las danzas en honor a la longevidad, los siete dioses de la fortuna, la que imita a los renos y la dedicada al "mensajero que ahuyenta el fuego", entre otros.

También se exhiben paisajes de la nieve a la orilla del río, los cerezos en flor, la niebla sobre un lago y un bosque de tonos rojizos y anaranjados en otoño.

Las escenas rurales fueron captadas de 1940 a 1060 por los fotógrafos Chiba, Teisuke y Kojimalchiro, mientras que Tatsuji Masaru y Naito Masatoshi retrataron las festividades de las diferentes regiones.

La naturaleza fue el motivo principal de las fotos de Meiki Lin, Oshima Hiroshi se recrea en los pueblos y la historia personal de sus habitantes y Tsuda Nao busca los orígenes de la espiritualidad nipona a través de las ruinas de la era Jomon.

En la muestra se incluye la colectiva "Colección de Sendai", un grupo de fotógrafos liderado por Ito Toru que también se centraron en la llamada "naturaleza innombrable" de Sendai, en la prefectura de Miyagi.

Keiko Ozaki subrayó que el objetivo de la muestra es entender la cultura antigua y actual de la región y no mostrarla como una víctima, sino como la oportunidad de presentar otro aspecto de Japón.

El presidente del Círculo de Bellas Artes de Tenerife, José Jiménez, subrayó que esta iniciativa es la primera del año y de la nueva junta directiva de la entidad, que alterna la apertura a los nuevos creadores con actos de gran relevancia, pues recordó que esta exposición "lleva recorriendo medio mundo".

Además de la muestra fotográfica, el Círculo ha previsto desarrollar un mes de actividades culturales centradas en Japón, con talleres dedicados al furoshiki, origami, la literatura japonesa y la caligrafía y una semana de cine japonés.

También habrá una fiesta japonesa para niños y un taller específico para enseñar a vestir la indumentaria tradicional, el kimono, en sus vertientes de trabajo, fiesta e infantil.

Asimismo habrá un ciclo de cine japonés, con sesiones de carácter gratuito, que incluye los filmes "Buenos días", de Yasujiro Ozu (1959), "Tokio-Ga", de Win Wenders (1985), "Madadayo" de Akira Kurosawa (1993) y "El viaje de Chihiro" de Hayao Miyakazi (2001), que obtuvo el Oso de Oro en el Festival de Berlín.