Casi sin querer establece una comparativa con la actriz Meryl Streep para justificar que a estas alturas de su vida los prejuicios y cabreos son mucho más livianos que las recompensas como las que recogerá este domingo en la Isla Baja en compañía de Sole Giménez y la Big Band de Canarias de su amigo Kike Perdomo. "Lo único que quiero es que las cosas en las que colaboro salgan bonitas", sostiene Luisa Machado en relación a su participación en el III Concierto de Año Nuevo de Garachico. Lo cierto es que la cantante lagunera ha visto de todo desde que a los 15 años actuó por primera vez en la sede del Partido Comunista de España de Aguere. "Nunca he militado en un partido político, pero odio las injusticias... En cuanto distingo una se mueve algo en mi interior", afirma una solista que aportará cuatro canciones a una cita que está ganando tradición.

"Lágrimas de Elvira", un tema que da nombre a un álbum que Luisa y su marido Alberto grabaron tras agotar su estancia en Taburiente, sonará en clave de Big Band y con la colaboración de Gustavo Campos. "La versión original la grabé con José Antonio Ramos, pero él no podía estar el próximo 1 de enero en Garachico... Es un título en el que se refleja la soledad de aquellas mujeres que se quedaron en las islas cuando sus maridos se marcharon a hacer fortuna a América. En muchos casos esa tristeza fue eterna porque estos nunca volvieron", apunta de una letra escrita por su tía Luisa Machado. "Piel", una composición con reminiscencias del rhythm and blues que también aparece en el listado de "Lágrimas de Elvira". "Es una canción en la que se crea una conexión entre Canarias y África", concreta una artista que ha defendido públicamente el problema enquistado en la República Árabe Saharaui Democrática. De su etapa en Ait Nahaya aparece el tercer tema que interpretará en el escenario instalado en la Glorieta de San Francisco. "Tiene una puesta en escena más exótica en la que se filtran distintas problemáticas sociales", reivindica sin esconder que ha llegado a un punto en el que la diversión normalmente gana el pulso a las reglas comerciales. "No es fácil hacer la música que deseas y no encontrar las respuestas que te ayuden a seguir adelante. En ese sentido, a la música no le puedo exigir nada porque fui yo la que decidió dedicarme a esto... No tengo problemas en reconocer que me ha dado, y me sigue regalando aún, buenos momentos pero también lo he pasado realmente mal", recuerda justo antes de tirar de una conversación en la que se concentran casi cuatro décadas de oficio. "Carlos Cano, por el que sentía una gran admiración y un cariño especial, me llegó a confesar que yo había decidido transitar por un camino que está lleno de rosas y espinas".

El último regalo será un arrorró en el que intervendrá Alberto. "El Día de los Santos Inocentes cumplimos 33 años de casados, pero llevamos 37 juntos. Nos entendemos no solo en la faceta musical sino humana; un complemento al que nunca le gustó tensar situaciones que ya no nos conducía a ningún lado. Mi padre, que ya tiene 86 años, me suele decir que entiende la necesidad que siento a la hora de subirme a un escenario porque cada vez que me ve algo ocurre en su interior. No sé el tiempo que tengo por delante para seguir haciendo lo que más me gusta. Mi mayor satisfacción es seguir notando el cariño de unas personas que me acompañan desde hace años. Hay momentos en los que debes dejar a un lado cosas que ya no te sirven y confiar en los buenos amigos", aconseja Machado.

Concierto: 1 de enero.

Lugar: Glorieta de San Francisco de Garachico. Hora: 18:00.