El timplista Domingo Rodríguez "El Colorao" ha defendido hoy las apuestas por innovar en el marco del folclore canario que hacen algunos músicos frente a quienes las critican sosteniendo que lo desvirtúan, con el argumento de que, a su entender, "se puede avanzar sin perder la identidad".

"Yo creo que la evolución está acorde con la raíz" y que esta, de hecho, sustenta novedades que se incorporan a la tradición como los cambios que se han ido introduciendo con el paso del tiempo en la estructura misma del timple, que "tendría que seguir teniendo cinco trastes" si no se aceptara que el arte evolucionara, ha sentenciado "El Colorao".

El cual ha rechazado la postura de quienes se oponen a los cambios argumentando, así mismo, que, "entonces, también la guitarra tendría que seguir teniendo cinco trastes".

Al exponer su postura, Domingo Rodríguez se ha puesto, además, a sí mismo como ejemplo de que tradición e innovación no tienen por qué estar reñidos.

Puesto que "yo me he criado en la música folclórica y a partir de ahí he ido evolucionando, aunque sin perder la esencia", ha sostenido.

"El Colorao" ha hecho estas declaraciones a preguntas de periodistas al presentar el nuevo espectáculo "Encrucijada", que pondrá en escena la próxima semana fusionando ritmos e instrumentos típicos de Argelia, País Vasco, Venezuela y Canarias junto a Kino Ait Idrissen, Gustavo Colina y Kepa Junkera, entre otros artistas, en el teatro Cuyás de Las Palmas de Gran Canaria.

Una sala a la que ha admitido que llegará en un año especial para él, en el que no será este el único recinto emblemático de Canarias por el que pase sino que también lo hará por otros como el teatro Pérez Galdós o el auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, al haber sido designado como primer artista en residencia de ambos por la fundación que los gestiona.

Algo que ha confesado que, "a veces, hasta le asusta", aunque matizando que, si bien agradece el reconocimiento a la calidad de su trabajo que implica que le llamen para actuar en escenarios así, su objetivo prioritario es "estar a gusto" con lo que hace, y que eso puede conseguirlo tanto en una de esas salas como "en una iglesia pequeñita" de su isla natal, Fuerteventura.

Por eso, al enfrentar nuevos retos como los de tocar en el Pérez Galdós o el Alfredo Kraus, "trato de cerrar los ojos y seguir siendo lo que siempre he sido", ha añadido el timplista, que ha dado a entender que considera que, de momento al menos, va cumpliendo su objetivo.

Puesto que "de lo que presumo es de tener los mismos amigos que tenía siendo chico", ha declarado como prueba de ello.