Antonio de la Torre persigue por las calles de Madrid a un asesino en serie que viola y mata ancianas en "Que Dios nos perdone", un ''thriller'' violento y muy realista que el público del Festival de Cine de Sitges ha acogido con agrado.

De la Torre vuelve a estar en el Cuerpo Nacional de Policía, como ya estuvo en "Grupo 7", pero con un personaje "muy diferente", según ha dicho a Efe, porque "aquél era un policía de calle y éste es de la policía científica, más pericial".

Además, el policía protagonista de "Que Dios nos perdone" es un tipo tímido, introvertido y tartamudo que dentro de la comisaria está considerado como el rarito, nada que ver con su papel en "Grupo 7".

En esta ocasión, su compañero de pesquisas es el actor Roberto Álamo, un policía violento, al que se le va la mano fácilmente, pero que acaba cayendo bien porque cree en su trabajo e intenta controlar sus impulsos.

"El tema de la violencia de los seres humanos es central en el filme", señala el director, Rodrigo Sorogoyen, que debutó con el drama romántico "Stockholm" y ahora se ha pasado al ''thriller'' policial.

"Los personajes tienen una relación violenta con su entorno -añade Sorogoyen-, por eso decidí ambientar la película en el año 2011, durante la visita del papa a Madrid. Fue un año caótico, en el que el centro de Madrid estaba invadido, el país estaba en crisis, el 15M acababa de nacer y se respiraba un clima de violencia".

Una violencia que se refleja en el filme de manera realista y nada gratuita, según el director, que toca un tema tan delicado como las andanzas de un asesino de ancianas que dos agentes intentan detener, a pesar de que los mandos policiales obstaculizan más que ayudan.

"Está claro que alguna gente no podrá ver esta película, Ñqué le vamos a hacer! Me gustaría que los más sensibilizados superaran la parte más dura y se dejaran llevar por la historia y por el viaje de estos tres seres humanos, el asesino y los dos policías, pero soy consciente de que no es para todos los públicos", ha reconocido.

En este punto, Roberto Álamo ha dicho que no hay que darle mayor importancia al hecho de que las víctimas sean ancianas, ya que "esto es cine" y "hay películas de la Guerra Civil en las que muere mucha gente y otras como ''El Silencio de los Corderos'' en las que se comen personas y nadie se echa las manos a la cabeza".

"Mi personaje tiene un problema con la violencia -agrega-, pero la intención de la película no es defender la violencia, porque la violencia no le lleva a nada bueno".

"La violencia nunca es redentora, nunca se arregla nada de una manera violenta", añade De la Torre, cuyo personaje también se deja llevar en alguna ocasión por su lado más agresivo y "hacerlo no le libera".

Tras la exitosa "Stockholm", hecha con muy poco presupuesto, sorprende comprobar que Sorogoyen también se sabe mover en producciones más ambiciosas como ésta, donde hay persecuciones en las calles y en el metro de Madrid con cientos de figurantes.

"Escribimos el guión cuando todavía no se había estrenado ''Stockholm'' y como no teníamos un productor que nos dijera esto sí o esto no, imaginamos lo que quisimos. Luego llegó el estreno de la primera, fue buen recibida y conseguimos un productor para la segunda que nos permitió hacer lo que había en el guión y elegir actores con nombre, como Antonio de la Torre. ¿Qué más se puede pedir?", se pregunta el realizador.

"Que Dios nos perdone" obtuvo el premio al mejor guión en el Festival de Cine de San Sebastián y llega a Sitges fuera de competición.