Cuco Afonso escucha las reflexiones de Concha Velasco desde el lado donde normalmente están los periodistas. Es probable que por su cabeza desfilen recuerdos de hace 27 años, justo cuando se marchó a Madrid para trabajar al lado de José Carlos Plaza en "Carmen, Carmen", un título de teatro musical con el que nació su amistad con la actriz vallisoletana y Paco Marsó.

A Concha Velasco se le ilumina la cara hablando de "Reina Juana". "El éxito marea y acostumbra. A veces es bueno sumar un fracaso para empezar de nuevo", aconseja una intérprete que insiste una vez más en defender que "a pesar de ser un monólogo, este es un gran espectáculo". Anoche, con el teatro Guimerá ocupado al cien por cien, la artista dio una lección de dominio de la escena ("No me gusta que nadie pise el escenario antes que yo", avisó durante el pedagógico encuentro que mantuvo con los periodistas a media mañana de ayer). Juana de Castilla estuvo imperial. "Estoy convencida de que Shakespeare le hubiera gustado escribir de un personaje tan poderoso", cuenta un ser que anoche conquistó a una audiencia que se rindió sin condiciones a su experiencia. "A muchas mujeres de mi edad no les gusta nada que las consideren una vieja, pero yo no le doy demasiada importancia a los años que tengo. Lo importante es tener buena salud y lucidez mental".

Buena conocedora de la identidad canaria -la única isla que no ha visitado es La Gomera y en sus palabras se filtra un cariño especial hacia Tenerife, La Palma y Lanzarote-, la protagonista de "Reina Juana" contó a modo de anécdota las dos noches que pasó en el aeropuerto de Los Rodeos en marzo de 1977 tras el accidente de los Jumbos. "Mi padre (militar de profesión que llegó a estar destinado en Marruecos) se planteó la posibilidad de instalarnos en las Islas, pero mi madre lo acabó convenciendo: ¡Nos vamos a Madrid, la niña quiere ser artista!", recuerda una actriz que durante una hora y media revive la última confesión de la hija de los Reyes Católicos. Hoy se despide de Tenerife con dos funciones (18:00 y 20:30 horas).

Al mediodía de ayer quedaban un puñado de localidades de la zona de Paraíso. Un dato que contrasta con las heridas de muerte que el IVA cultural está ocasionando. "Los que más lo notan son los actores y el público, el programador tiene la posibilidad de ajustar los ingresos para evitar las pérdidas. Las estrellas siempre hemos tenido la fortuna de trabajar, pero en este país hay profesionales que no tienen ni para comer", criticó.

Sin perder el control de las proyecciones que inundan la caja escénica del Guimerá -por la que transitan personajes del entorno más cercano de Juana de Castilla-, Concha Velasco confiesa que "esta es una de las obras que menos tuvo que ensayar porque todo estaba muy claro desde el principio", dijo en relación al proyecto liderado por Gerardo Vera.

Velasco, que asegura que todo lo hace con el cariño con el que se hacen las cosas por primera vez, dice que se ha acostumbrado a vivir el presente sin mirar al pasado. "Lo de yo fui, yo hice, yo estuve no me agrada", sostiene una mujer que presume orgullosa de su nieto antes de dar un último consejo: "El secreto está en llevar una vida más o menos normal".