El actor británico Kenny Baker, quien ha interpretado al simpático R2-D2 desde 1977, ha fallecido a los 83 años de edad tras una larga lucha contra una terrible enfermedad degenerativa.

Baker, de apenas 1,12 metros de estatura, fue el encargado de enfundarse el traje del androide en Una nueva esperanza, película con la que consiguió la fama que le acompañó durante toda su carrera. Más adelante repitió su rol en El Imperio Contraataca y El Retorno del Jedi, así como en la trilogía precuela de Star Wars. Lejos de la galaxia, Baker participó en emblemáticas producciones de los años 80 tales como Los Goonies, Time Bandits o Flash Gordon. Su sobrina, Abigail Shield le ha rendido un sentido homenaje en declaraciones a The Guardian.

"Era de esperar, pero aún así es muy triste", dijo a la publicación. "Tuvo una vida larga y plena. Trajo mucha felicidad a la gente y vamos a celebrar el hecho de que era una persona muy querida por todo el mundo. Todos estamos muy orgullosos de lo que logró en vida".

"Cuando era niño, le dijeron que probablemente no sobreviviría a la pubertad. Siendo tan pequeño, y en aquellos tiempos, no tenía una gran esperanza de vida. Y sin embargo lo hizo muy bien. Había estado muy enfermo durante los últimos años, por lo que esperábamos la tragedia. Estaba al cuidado de uno de sus sobrinos, que lo encontró sin vida la mañana del sábado", relata la sobrina de Baker en su sentida despedida.