Fin de semana para bailar. Fin de semana en el sur de Tenerife, Arona, para los mejores sonidos de la música electrónica. Por sexto año consecutivo, el ASF se convirtió en uno de los eventos musicales del año en Canarias. La secuencia es tan compleja como sencilla. Por un lado, una producción grandiosa, con los mejores recursos técnicos y los mejores artistas, con todo el enorme esfuerzo que ello conlleva. Por el otro, una oferta cultural y de ocio de primer nivel: caballo ganador.

Este año, el Arona Summer Festival se doblegó y se trasladó para alcanzar unas dimensiones aún mucho más grandes. Del campo de fútbol Antonio Domínguez para instalarse al campo del Golf Los Palos: un ambiente mucho más óptimo, más desahogado, más festivo. Y de eso se trata, de hacer que la cita no sea sólo un atractivo musical, sino también un espacio para una experiencia única. Este año se pasó de un solo día de concierto a dos y se habilitó una zona de acampada que llenó de vida las instalaciones durante casi 48 euros.

Ese es uno de los puntos fuertes del Arona Summer Festival, una experiencia que va mucho más allá de una sesión encadenada con alguno de los principales dj de ámbito internacional. Además, hay convivencia, hay ocio alternativo y hay cultura (este año se desarrollaron unas jornadas previas con múltiples actividades en el Centro Cultural de Los Cristianos).

Y después, claro está, siempre aparecen los grandes nombres de la electrónica en ámbito internacional. Esta vez, con una doble vertiente, puesto que desde la organización se apostó con firmeza con por un segundo escenario en el que tuvieron salida los sonidos más underground. Allí actuó por poner solo un ejemplo, Nina Kraviz. Ahí es nada.

El festival contó este año con algo más de 15.000 personas. Hay seguidores en multitud en Tenerife para la música electrónica. El aficionado local y una importante presencia de público extranjero. Porque ese es otro de los fuertes del ASF, una importante promoción exterior que posibilidad una afluencia masiva de "bailadores" foráneos.

Con esos ingredientes se desarrollaron las dos noches: buena ubicación, público ávido de fiesta, buen clima, los mejores recursos técnicos (espectacular escenario con un juego de luces y calidad de sonidos únicos)... y un listado de artistas espectacular. Podemos empezar a hablar de Deadmau5, cabeza de cartel y principal atractivo de este edición de 2016. Un superventas que además hace de su presencia en el escenario toda una experiencia visual. Quizás el mejor concepto de espectáculo que ofrece hoy en día la música electrónica de ámbito mundial.

Pero el ASF una vez más, es mucho más que un cabeza de cartel. Destacó también Otto Knows, en el cierre de la noche del sábado, o el intenso Atica; además del fantástico punto de arranque en la noche del viernes con djs como Nervo, Don Diablo o The Zombie Kids.

Están los nombres y está la buena música que posibilita que miles de personas bailen durante horas. Pero sobre todas las cosas queda la experiencia. Arona Summer Festival se lo ha planteado en las últimas ediciones. No se trata de hacer un gran concierto más, se trata de fabricar experiencias inolvidables. ASF: caballo ganador.