En el cuarto centenario de El Quijote, Studio Indie quiere participar con un modesto homenaje a su autor y reflejar en este artículo cómo el mundo del cine ha retratado la obra maestra de Miguel de Cervantes a lo largo del tiempo. Pretendemos además reflexionar sobre la dificultad que algunas obras tienen para poder ser llevadas a la gran pantalla y convertirlas en un guion cinematográfico.

Tras una exhaustiva búsqueda en Internet y consultando las páginas que refieren el universo cervantino, me sorprendió encontrar que existen setenta y cinco versiones cinematográficas de la novela, y que las primeras aparecen de forma simultánea al propio desarrollo del cine como arte e industria. Si algún erudito considera que este dato es inexacto tendrá razón, pero las fuentes son fidedignas y el tema demasiado extenso. He encontrado la primera versión en 1903, y algunas de las producciones provienen de países tan dispares como Yugoslavia, Rusia, Bélgica, Israel, también Francia, Italia o Alemania y EEUU. Existen todo tipo de formatos: cortos y largos, así como también animación, cine documental, televisión (serie), pantalla grande e incluso cine porno. Consultados los títulos y sus directores, en su mayoría se trata de producciones españolas, aun así, podemos afirmar que el Quijote es uno de esos personajes universales y maravillosos a los que han rendido homenaje muchas culturas diferentes, cada una desde su identidad e interpretación.

En esta lista de títulos, y sin ánimo de menospreciar al resto, cabe destacar la versión de Orson Wells, inacabada y considerada por sus colaboradores como un proyecto de vida. El director se enamoró del personaje e intentó reubicarlo en una época contemporánea de forma muy valiente. Estuvo mucho tiempo con el proyecto, empezó en 1957 y estuvo más de veinticinco años llamando a sus actores protagonistas, Francisco Reiguera y Akim Tamiroff, cada vez que conseguía retomar las riendas y asumir económicamente la producción. Pero nunca la acabó. Con motivo de la Exposición Universal de Sevilla se estrenó en 1992 una versión acabada bajo el rótulo "Don Quijote de Orson Welles", realizada por su más próximo colaborador, Jesús Franco, que reunió más de seis horas de material sin sonorización ni montaje. Esta versión despertó todo tipo de reacciones. Algunos críticos alaban esta película por su poder expresivo y el fiel retrato que realiza de España, y otros opinan que su verdadera identidad es su carácter incompleto, el hecho de que su autor nunca la haya acabado, porque era un proyecto demasiado complejo y ambicioso que evolucionaba con la vida del director. Orson Welles murió en 1985, una muerte natural le impidió seguir haciendo cine y acabar su obra.

En lo que respecta a las versiones españolas, una de las más conocidas es la de Rafael Gil, en 1948, con un tono muy de la época de entonces, en pleno franquismo. Probablemente lo que los espectadores mejor recuerden es la serie de TVE de seis capítulos del año 1992, "El Quijote de Miguel de Cervantes", dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, con Fernando Rey y Alfredo Landa como el Quijote y Sancho Panza respectivamente, donde además de participar un gran elenco de actores nacionales fue un gran éxito de audiencia en la época. Fiel a la tradición de obra, Manuel Gutiérrez Aragón volvió a acometer el proyecto en el año 2002 con "El caballero Don Quijote", intentando rematar su proyecto inicial y continuar la historia donde la serie la había dejado. Y digo fiel a la tradición de obra porque la novela es tan compleja que parece encontrar su identidad en convertirse en un proyecto imposible de acabar, o, en otros términos, imposible de abarcar desde el punto de vista cinematográfico.

Mención aparte merecen versiones como la del año 1973 "Don Quijote cabalga de nuevo", cuya trascendencia reside en la adaptación del personaje de Sancho Panza al famoso cómico mexicano Cantinflas, que más que interpretar al personaje lo adaptó a su vis cómica y su identidad. También podríamos mencionar versiones animadas como la de 1979 de la TVE, una serie de 39 episodios, alabada por la crítica, en la que se retrata con bastante fidelidad y siempre respetando al público infantil las andanzas del caballero de la triste figura y su escudero Sancho Panza. En esta serie de animación el doblaje de los dos principales protagonistas lo asumían Fernando Fernán Gómez (como Don Quijote) y Antonio Ferrandis (como Sancho Panza), todo un lujo para una serie de dibujos animados en una década en la que aún no existía la industria de animación que hoy disfrutamos, donde el doblaje por parte de actores de prestigio es un gran reclamo para el público.

En otro orden cabe mencionar las adaptaciones realizadas por prestigiosos directores como el documental "Don Quichotte" de Eric Rhomer (Francia), la película para televisión del estadounidense Peter Yates en el año 2000 con John Lithgow, Bob Hoskins e Isabella Rossellini en el reparto. También la versión musical de Arthur Hiller en 1972, con el gran Peter O''Toole como el caballero Don Quijote y Sofía Loren interpretando a Aldonza, su Dulcinea. Y por último, "Monsignor Quixote", del año 1987, basada en una versión libre, la novela de Graham Greene, en la que Alec Guinness asume un papel próximo al personaje cervantino.

¿Por qué El Quijote no ha conseguido trascender en el cine como se merece? ¿Existe una versión que consiga rendir homenaje a la novela? La gran mayoría de los críticos afirman que ninguna de las adaptaciones ha conseguido representar la complejidad de la obra, así como lo profundo del personaje. ¿Se puede traducir el universo cervantino, su prosa, escenarios, iconografía al lenguaje audiovisual? Existen otros autores clásicos, como es el caso de su contemporáneo Shakespeare, que han sido llevados a la gran pantalla con más éxito, probablemente por el carácter dramático de sus obras, al fin y al cabo se trata de adaptar la obra teatral al cine, lo que aunque sigue teniendo mucha dificultad, podría pensarse que este ejercicio sea más fácil.

La estructura de la obra de Cervantes es ya de por sí bastante compleja. La novela se divide en dos partes, la primera de 52 capítulos y cuatro partes en las que Don Quijote realiza dos viajes y se intercalan algunas historias y relatos. La segunda parte, escrita posteriormente, consta de 74 capítulos y no está dividida en partes como la primera. En esta última Don Quijote realiza su último viaje y no hay historias intercaladas. Para algunos estudiosos de la obra, estos pequeños relatos que se introducen son una parte fundamental, porque al integrarse en la historia central consiguen retratar todas las emociones posibles: amor, humor, aventuras, amistad, tragedia, fábula... Por otro lado no existe en la historia de la literatura una comunión tan fabulosa entre dos caracteres tan dispares como los del Quijote y Sancho Panza, un encuentro entre dos mundos y universos opuestos que resulte tan rico en matices y con el contrapunto que uno supone para el otro a lo largo de hermosos diálogos y situaciones increíbles. Sancho se "quijotiza" y el Quijote adquiere cordura a través de su escudero.

Me van a permitir una licencia, la cita de un estudioso de las adaptaciones cinematográficas del Quijote, Jordi Batlle [2005: 104]: "Los componentes de la inmortal novela de Don Quijote en el cine de ficción español son, ciertamente, muy cinematográficos, además de universales: aventuras de espada y lanza, humor, road movie e incluso buddy movie. Y qué decir de los grandes espacios abiertos, de las noches al raso, del itinerario de dos jinetes en pos de la épica, de las ventas y de las diligencias. ¿No es el Quijote lo más parecido a un western?". Si alguien es capaz de dar cabida a todo eso en una obra habría conseguido la obra perfecta. Por el momento eso se echa en falta siendo la personalidad de Don Quijote y su contrapunto Sancho tan poderoso motivo de atención que eclipsa el aspecto de "cine de género" o "de géneros".

Termino este artículo con una genial noticia para el mundo del cine y para el desarrollo de la producción en Canarias. Terry Gilliam, de los Monty Python, comenzará a filmar en octubre "El hombre que mató a Don Quijote", una versión de la novela situada en el siglo XXI. Como manda la tradición de esta novela, Gilliam lleva 20 años intentando sacarla adelante y ha sufrido todo tipo de reveses que le han impedido sacar adelante su sueño de retratar un personaje con el que se siente identificado por su carácter soñador. También este director llevó a cabo un documental, "Lost in La Mancha", sobre su fracaso en el empeño. Con quince años de diferencia va a conseguir sacarlo adelante.

Hasta aquí nuestra reflexión y nuestro pequeño homenaje. Tal vez en un futuro haya más versiones y adaptaciones de esta joya de la literatura que poder incorporar a esta lista. Por lo que sabemos no será tarea fácil de adaptar al universo cinematográfico y menos aún el conseguir acabarla.