No fue un concierto a la carta, pero tampoco perdió el atractivo con el que Marlango decora habitualmente sus actuaciones. Leonor Watling y Alejandro Pelayo llenaron anoche el Paraninfo de la Universidad de La Laguna. Seiscientas personas degustaron su "Delicatessen". Una hora y cuarenta minutos de buenas canciones, de comentarios afilados, de mucho piano y de unas texturas sonoras que generaron un sentimiento de satisfacción en las personas que se dieron una vuelta por el emblemático espacio universitario. Hubo algún que otro guiño fuera del universo Marlango -un recuerdo para Paolo Conte, Radio Futura y Lola Flores-, pero siempre bajo las influencias del blues, el jazz, el pop o el soul. Alejandro y Leonor construyeron una escenografía sonora -protegidos por una atmósfera muy sencilla- ante sus incondicionales, quienes a pesar de intentar marcar tímidamente las pautas del repertorio se tuvieron que conformar con una bonita selección de títulos dominada por las historias de "El porvenir".