Los Bronces de Riace, los dos guerreros griegos del siglo V a.C encontrados en 1972, tienen nueva "casa", el flamante Museo Arqueológico de Reggio Calabria, que recupera parte del patrimonio de la Magna Grecia.

Las dos imponentes estatuas y el que está considerado como el primer retrato del Arte griego son algunas de las piezas que exhibe la renovada institución museística, reabierta ahora tras diez años de obras.

Son 11.000 metros cuadrados de superficie expositiva que muestran al público los tesoros de su patrimonio arqueológico, que durante años estaban guardados en los sótanos y almacenes del edificio.

Objetos votivos, mosaicos, sarcófagos o vasijas, todos ellos procedentes de Calabria (sur de Italia) integran un recorrido cronológico como una "gran revista de la Historia que ayuda a leer el pasado de la ciudad y la región", según sus responsables.

También hay piezas provenientes de las excavaciones efectuadas donde se asentaron las polis de Locros Epicefirios, Medma y Hiponio, colonias de la Magna Grecia fundadas en la Antigüedad en tierras calabresas, desde donde comerciaron con su metrópoli.

El Museo Arqueológico de Reggio Calabria es uno de los más representativos del periodo de la Magna Grecia y exhibe en sus 230 vitrinas antigüedades prehistóricas, esculturas del siglo V a. C y mosaicos de los siglos II y III a. C, entre otras piezas.

Sin embargo, por lo que es principalmente conocido el museo es por acoger la exposición permanente de los Bronces de Riace, "dos de las cinco estatuas que se encuentran en todo el mundo" en ese metal y de esa época, destacó el responsable del servicio educativo del museo, Giacomo Oliva.

Además, recordó Oliva, "hay dos cabezas de bronce del siglo V a.C de las que una de ellas es única en el mundo porque es el primer retrato de la Historia del Arte griego, conocido como ''La cabeza del filósofo''; estas piezas demuestran la excepcionalidad del museo".

Los Bronces de Riace ocupan una sala de la planta baja del museo que dispone de un sofisticado sistema de climatización y filtración del aire para evitar fenómenos de corrosión a la que sólo se puede acceder en grupos reducidos y durante un tiempo limitado.

Para llegar hasta esta sala los visitantes deben primero atravesar dos antesalas de descontaminación.

Además, los Bronces de Riace han sido colocados sobre unos pedestales antisísmicos para garantizar la máxima seguridad en caso de terremotos, que son frecuentes en la zona.

Las esculturas -denominadas "Bronce A" y "Bronce B"-, representan a dos hombres desnudos con barba, uno mayor y otro más joven, con la pierna derecha ligeramente adelantada y el torso girado levemente.

Fueron recuperados casualmente del fondo del mar Jónico, al sur de la península italiana, hace 43 años y son de las pocas muestras de la escultura griega en bronce llegadas prácticamente intactas hasta la actualidad.

Y es que, además de los dos guerreros de Riace, sólo existen la Auriga de Delfos y el Zeus de Capo Artemisio que son custodiados en el Museo Arqueológico Nacional de Atenas, además del Apolo de Piombino, en el Museo del Louvre de París.

Las estatuas tienen una altura de 1,98 y 1,97 metros respectivamente y, en el momento de su hallazgo, pesaban unos 400 kilos cada una, pero tras su limpieza interior para liberarlas de concreciones calcáreas marinas su peso disminuyó a 160 kilos por pieza.

A lo largo del recorrido, los visitantes disponen de textos explicativos y vídeo interactivos que acompañan la muestra.

El nuevo museo, ubicado en un edificio de los años treinta del siglo XX en el centro histórico de la ciudad de Reggio Calabria, ha sido sometido a una profunda renovación cuyo resultado son cuatro plantas que trazan un recorrido cronológico desde el Paleolítico hasta la Magna Grecia en el territorio de la ahora Calabria.

Además, dispone de un patio interior con techo de cristal, "el pulmón bioclimático que refresca todo el edificio", según Oliva.

El nuevo espacio acoge en su última planta una cafetería y un restaurante con amplios ventanales con vistas al estrecho de Mesina, que separa la península italiana de la isla de Sicilia.

"Hace diez años los bronces de Riace estaban en bodegas. Es increíble que el icono de la arqueología calabresa, la identidad misma del patrimonio cultural de esta región, estuviese relegado en bodegas y sótanos. Ahora, está a disposición de todos", explica Oliva.

Sin embargo, la instalación de los bronces en el museo no ha estado exenta de polémica y algunos medios italianos han criticado que permanezcan en Reggio Calabria, una ciudad alejada de los circuitos turísticos habituales del país.