Con la máxima de que las bibliotecas encarnan "el mejor lugar para ligar" aborda Francisco Orihuela Ramón como un libro abierto a esos jóvenes que se acercan al espacio ubicado en la lagunera calle Juan De Vera, todo un mundo de sensaciones también se guarda la memoria de Adrián Alemán de Armas, personaje de quien toma su nombre.

"La biblioteca es de ustedes", sostiene el director cuando se dirige a tan singulares visitantes, "y no lo hago con un propósito gracioso", asegura, sino desde el convencimiento de que sin la presencia viva de las personas estos recintos carecen de su verdadera esencia: la de convertirse en punto de encuentro de la ciudadanía

Y es que, a juicio de Orihuela, solemos concebirlos desde "un concepto ciertamente trasnochado, como lugares donde debe mantenerse un obligatorio silencio y no puede entablarse comunicación alguna" -condición que, sin embargo, sí debe regir en salas dedicadas a investigación y estudio-, "cuando lo deseable es que sean espacios de uso constante, donde la gente entre y salga".

En proceso de prejubilación, este Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de La Laguna en la sección de Ciencias de la Comunicación representa a esa "especie" que algunos conocen bajo el término de "lagurión", esto es, lagunero y canarión.

"Los caminos de la vida los marcan las circunstancias", una reflexión que recuerda a Ortega y Gasset y con la que este hijo de militar describe su tránsito vital, desde su nacimiento en Las Palmas (1952), a una estancia hasta los 11 años en Castellón, pasando por las vivencias adolescentes durante la década de los sesenta del pasado siglo en Puerto Cabras y desembocando en la fase de estudiante universitario y posterior asentamiento en la Laguna.

"Tras licenciarme ejercí como profesor en un colegio hasta que a raíz de una huelga decidieron prescindir de mis servicios". Fue entonces cuando en 1977 se incorporó a la biblioteca que la llamada Obra Social de la Caja General de Ahorros de Canarias había abierto en la avenida de La Trinidad, "que nació con un marcado carácter universitario", explica, si bien la presencia de la Biblioteca Central en el edificio antiguo de la ULL y sus fondos exigió "darle la vuelta al concepto, como un calcetín". En 1998 se produjo una "escisión" y la biblioteca pasó a tener titularidad pública, gestionada por el Ayuntamiento de La Laguna.

De aquella época política y socialmente convulsa, pero especialmente romántica y ciertamente entrañable, destaca la iniciativa por parte de la entidad de ahorro en cuanto a dotar las Islas de infraestructuras culturales. "Tenerife llegó a contar con nada menos que 21 bibliotecas, dotada y atendida con personal propio de la Caja" y, en este sentido, echa de menos un trabajo de recopilación y de investigación que rescate esa ingente labor.

Los libros nunca se jubilan, o quizá sí. Orihuela entiende que el expurgo, ese proceso técnico de retirada de textos sin uso en el plazo de dos años, representa una de las asignaturas pendientes de la política bibliotecaria en las Islas, como tantas otras, mientras describe un panorama que califica simplemente de "lamentable".

Si bien admite la utilidad y el avance que supone la incorporación de las nuevas tecnologías, también reconoce que este instrumento aleja a las personas de los espacios y evita "el roce y el calor humano que procuran los libros". Eso sí, en una coyuntura de crisis, los equipos informáticas se han convertido en una herramienta social al alcance de personas que no tienen medios.

Aunque afirma que no es una persona dada a recomendar lecturas, Francisco Orihuela habla de "24 horas en la vida de una mujer", de Stefan Zweig, que relata el devenir sentimental y sexual de una mujer angustiada por la vida. También refiere la obra "Como una novela", de Daniel Pennnac, texto de carácter didáctico orientado a que el adolescente pierda el miedo a la lectura, que se embarque en un libro como en una aventura personal y libremente elegida. "Para motivar a leer hay que incidir en que la lectura no es obligatoria; que puede abandonarse".

Francisco Orihuela confiesa que relee "Hojas de hierba", un poemario de Walt Whitman, considerado la gran epopeya que canta el nacimiento de los Estados Unidos, y está enfrascado en "Leonora", de Elena Poniatovska, una homenaje biográfico que rinde esta escritora a su amiga, la pintura surrealista Leonora Carrington.

Y se le va la mirada al lienzo.

Francisco Orihuela

DIRECTOR DE LA BIBLIOTECA MUNICIPAL DE LA LAGUNA

las claves

La Biblioteca Municipal Adrián Alemán de Armas, situada en la calle de Juan de Vera, nº 9, recibió en 2015 la visita de 87.078 personas y en ese mismo periodo contabilizó un total de 993 nuevas altas, superando así la barrera de los 8.000 socios.

En los doce meses del pasado año este centro realizó un total de 22.274 préstamos a domicilio, repartidos entre los 6.477 solicitados para infantiles y los 15.797 concedidos a adultos. De igual manera se incorporaron al catálogo 2.254 nuevos registros.

El acceso a internet es otro de los puntos destacados. En este sentido, la biblioteca recibió 8.740 peticiones de acceso a través de esta herramienta desde los puestos habilitados.

De las actividades celebradas en 2015 destacan hasta 53 visitas escolares; 14 jornadas de cuentos familiares; cuatro representaciones con títeres; 20 cursos de diferentes disciplinas; 26 sesiones del club de lectura y 14 talleres de cine. También se desarrollaron otra docena de actos repartidos en conferencias, presentaciones de libros...

La biblioteca se encuentra en pleno casco histórico de La Laguna. El inmueble data de 1507 y acogió el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores. Actualmente está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), categoría de Monumento. Adosada a la biblioteca se encuentra la iglesia de los Dolores.