La ceremonia de los Oscars 2016 tuvo lugar hace relativamente poco y ya ha sido objeto de un artículo por parte de esta colaboración Mundocine entre Studio Indie Capital Partners y EL DÍA. En ese mismo artículo se barajaba la tesis sobre la relación existente entre las audiencias alcanzadas por el espectáculo televisivo y el "box office" o taquilla de las películas nominadas. También se lanzaba la pregunta sobre qué Oscar es el más importante, cuál es el que premia realmente a la película en su conjunto.

Vamos a remitirnos a la enciclopedia más universal, la Wikipedia, y citar textualmente: El Oscar a la mejor película es uno de los premios de mérito otorgados por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos a los productores de un largometraje. Es la categoría más importante de los Oscar, pues premia la sumatoria de los esfuerzos en producción, dirección, actuación, escritura y otros aspectos desplegados en la creación de una película. Consecuentemente, esta categoría es la última en revelarse en cada ceremonia de premios. Puede afirmarse por tanto que cuando un largometraje gana un Oscar a la mejor película, este es el premio a la producción y a sus productores. Así pues, la figura del productor es la que acapara gran parte de la responsabilidad en un proyecto cinematográfico y por ello se premia toda su labor. Teniendo en cuenta la reflexión anterior, en este nuevo artículo buscamos analizar la figura del productor y aclarar cuál es su papel e importancia en el éxito de una película.

¿Qué representa la figura del productor dentro de una película y cuáles son sus funciones? ¿Qué perfil profesional tiene?

La elección de un buen productor dentro de un proyecto cinematográfico es vital para su éxito y para alcanzar los objetivos implícitos a dicho proyecto. Un productor es responsable del conjunto de la película y, en este sentido, capaz de conseguir financiación y canalizar el interés de los inversores, pero a su vez: asumir responsabilidades en lo que refiere a su calidad artística, analizar el guión, decidir sobre los aspectos técnicos, contemplar la elección de un director y un reparto de actores y definir un plan de trabajo, entre otras muchas tareas. Hay "matrimonios" inquebrantables y duraderos entre productor y director como es el caso de Steven Spielberg y sus productores Kathleen Kennedy (que ahora está al frente de Lucasfilm) y Frank Marshall para la saga de Indiana Jones, porque es mucha la responsabilidad que asume y se necesita confianza mutua.

Si buscásemos la definición de productor en cualquier diccionario, esta sólo haría referencia a aquella persona responsable de un proyecto o producto final. Cuando se trata de un productor de cine este término adquiere un sentido que va más allá de esta acepción, porque tener la responsabilidad total de una película supone tomar decisiones en todas las áreas de trabajo y etapas, desde su origen como proyecto hasta su éxito o fracaso futuro. En estas tareas existen colaboradores y equipos que se reparten funciones y cometidos; por ejemplo la figura del productor delegado, persona que coordina a todos los participantes de la película; la del productor ejecutivo que busca financiadores, toma decisiones en el día a día, y también el director de producción, que responde de los plazos de rodaje, del presupuesto... pero lo cierto es que la colaboración de todas estas personas depende de si existen recursos suficientes para contratar un gran equipo, lo que no suele ser habitual. La mayoría de los proyectos en cine son películas modestas e independientes, donde el productor tiene que asumir todas las tareas anteriores, lo que le convierte en un auténtico hombre orquesta. No sólo tiene una gran carga de trabajo, sino que entre sus aptitudes profesionales debe hacer gala de dotes para las finanzas, la dirección de equipos, el marketing, la promoción y la gestión de recursos, entre otras capacidades. Consultadas diferentes opiniones de profesionales del cine sobre qué cualidades personales destacarían en el oficio de productor, todos coinciden en dos facetas muy importantes: sentido creativo y conocimientos financieros. Porque si bien en la industria del cine existen muchos perfiles profesionales de tipo técnico, que resuelven cuestiones concretas, la figura del productor empapa la película y le da personalidad al proyecto tanto como su director o sus intérpretes.