El plano se abre y la pantalla se agranda. La validación por parte de la dirección general de la Competencia de la Unión Europea (UE) de la modificación del régimen español de deducciones fiscales para las producciones cinematográficas y audiovisuales despeja cualquier duda sobre una posible inseguridad jurídica, al refrendar la política de incentivos fiscales incluidas en el Impuesto de Sociedades desde enero de 2015.

En el caso de Canarias, esta medida representa "aumentar" su diafragma como "paraíso" de la industria audiovisual. No es casual que los políticos hayan abrazado un "maná" que, al abrigo del Régimen Económico y Fiscal (REF) y las ventajas de la Zona Especial Canarias (ZEC), atrae producciones nacionales y extranjeras que precisan rentabilizar costes.

Desde persecuciones a velocidad de vértigo entre áridos paisajes a la transformación de Santa Cruz de Tenerife en una Atenas que sirve de escenario a la vibrante acción de Bourne, pasando por la recreación de la bíblica separación de las aguas del Mar Rojo o una vista de las costas griegas en los ojos del mítico Perseo, las Islas proyectan sus virtudes.

A eso se suma el impacto promocional por la presencia de estrellas como Pedro Almodóvar, Penélope Cruz, Vin Diesel, Julio Medem, Maribel Verdú, Ridley Scott o Matt Damon, entre tantas.

Pero más allá de argumentos como el mejor clima del mundo; localizaciones diversas; conexiones aéreas y marítimas; amplia oferta hotelera o la tranquilidad, la razón fundamental de la creciente presencia de rodajes en las Islas es la rentabilidad económica.

Las productoras que ruedan en el Archipiélago, acogidas a la fórmula del Certificado de Obra Audiovisual Canaria, pueden deducir entre un 35 y un 40% del coste, frente al 15% del resto del Estado, un 25% para el coproductor financiero, tributar al 4% en el Impuesto de Sociedades y materializar deducciones en la Reserva de Inversiones Canaria (RIC).

La fórmula de las Agrupaciones de Interés Económico (AIE), que deben tener sede social en las Islas y estar inscritas en el Registro de Empresas Audiovisuales, ha supuesto un punto de inflexión.

Desde la iniciativa legislativa se están creando unas condiciones que ya dejan huella económica, como la que imprimen las estrellas en el paseo de Hollywood.

Encuadrar la animación

Las condiciones para obtener el Certificado de Obra Audiovisual, según orden de 22 de mayo de 2015, precisan adecuarse a la animación. El Ejecutivo regional ha abierto al diálogo con un sector que representa una ventana al futuro. "Atrapa la bandera" es un ejemplo con la contratación de personal canario, el establecimiento de un centro de producción en Tenerife y promoción mundial

Requisitos imposibles

Ciertos requisitos que fija la orden resultan imposibles para la animación o los videojuegos, caso de sumar como mínimo dos semanas de rodaje en interiores o exteriores y la obligación al coproductor de una aportación técnica o artística, actor o actriz principal, actriz secundaria o técnico con residencia en las Islas.

Un plano incompleto

El pasado diciembre, el Ejecutivo regional anunció la apertura de una línea de préstamos por 1 millón de euros al sector audiovisual y recuperar ayudas directas a la producción de creadores canarios, tras cinco años de fundido en negro.

las claves

A comienzos de 2009 todos los grupos con representación en el Parlamento de Canarias asumieron unánimemente declarar al sector audiovisual como renglón "estratégico" de desarrollo y diversificación de la economía insular.

El 10 de febrero de ese año el Gobierno de Canarias procedió a crear el Registro de Empresas y Obras Audiovisuales y reguló, asimismo, el procedimiento para la obtención del Certificado de Obra Audiovisual Canaria.

20 a 35 mil euros es la cifra media que se calcula llega a invertir por cada día de rodaje en Canarias una producción española.

250 mil euros como mínimo y hasta los 400.000 representa el gasto de una jornada en las Islas para una superproducción.

130 millones de euros se estima que resultaron del impacto de los rodajes en el Archipiélago durante los últimos cinco años, de 2011 a 2015, por concepto de gastos en restauración, hoteles, comercios y otros servicios.

Canary Island Film. La marca que presentó el pasado 4 de febrero el presidente Fernando Clavijo busca aglutinar bajo un paraguas único a los protagonistas públicos y privados que intervienen en el sector audiovisual y así gestionar un negocio de creciente rentabilidad.