El escritor Salman Rushdie, que hoy presentó en Bogotá su última obra, "Dos años, ocho meses y veintiocho noches", aseguró que la narrativa y "el deseo de escuchar historias" forman parte de las necesidades humanas más básicas.

"La manera en que entendemos el mundo comienza a través de historias", señaló Rushdie en una rueda de prensa en Bogotá en la que agregó que lo primero que quieren los niños después de cubrir sus necesidades más básicas es una fábula.

Ese es el objetivo de su última novela, un trasunto de "Las mil y una noches", en un momento de su vida en el que quería hacer "ficción ficcional" después de unos años alejado de la novela.

Rushdie reconoció que "fue un gran alivio" retornar a la novela, la razón por la que decidió hacerse escritor.

"Este libro es quien soy, la persona que creo que soy como artista", subrayó en referencia a su novela, editada en Colombia por Seix Barral.

En cuanto a la condición de su nueva obra y las críticas recibidas que la catalogan como una "novela total" por el amplio arco de temas que trata, el escritor nacido en Bombay en 1947 dijo que en sus obras opta por ese tipo de literatura en lugar de otras más centradas en cuestiones individuales.

"Creo que por naturaleza soy un novelista del todo, esa era la ambición de Cervantes" y de otros grandes autores de la literatura universal como Charles Dickens o James Joyce, agregó el escritor británico.

Quizás por esa voluntad de abarcar temas en sus obras, Rushdie se definió como "un escritor de la gran ciudad", donde las personas "están siempre rodeadas de historias".

"Esa idea de que nuestra historia se desliza a través de otras es lo que quería contar en el libro", subrayó.

Con su peculiar pluma y para conseguir ese objetivo, el escritor británico vuelve a crear un mundo propio del realismo mágico que comienza con el matrimonio entre el filósofo andalusí Averroes y una yinn (un ser fantástico de la mitología árabe) que engendran una gran prole, trascendental en el devenir de la historia.

La elección del filósofo nacido en Córdoba en 1126 no es en vano, puesto que su apellido, Ibn Rushd, coincide con el del autor.

Más allá de ese hecho, Averroes fue el puente que devolvió a Aristóteles y su "Lógica" a Europa, lo que supuso un choque con el mundo islámico y enfrentamientos con otros intelectuales musulmanes de la época.

Con ese elemento como punto de partida y con Nueva York, la ciudad donde reside, como escenario fundamental, se hilvanan una serie de historias que pueden funcionar como cuentos independientes pero que forman un todo en su conjunto.

Durante la rueda de prensa, Rushdie también aprovechó para reivindicar su oficio: "Cuando los escritores dicen que odian ser escritores no les creo".

Con su fino humor británico reconoció que su trabajo "exige mucho" de los autores, pero "es la segunda cosa más placentera" que conoce.

De nuevo recurrió a su flema para añadir que su vida en Nueva York como escritor le ha facilitado su labor puesto que puede pasar desapercibido: "No soy como Kim Kardashian, puedo caminar sin que me interrumpan".

Tal vez por esa razón eligió, en este caso, un nuevo sistema de redacción basado en la improvisación y que le llevó a escribir la obra en un espacio de tiempo similar al que se refiere el título, dos años, ocho meses y veintiocho noches.

Ese sistema es, en su opinión, "muy ineficiente", puesto que se pueden perder muchas cosas. "(La clave) es crear consistencia interna, sin eso nadie lo va a creer", concluyó.