La actriz francesa Juliette Binoche, que esta noche recibirá la "Espiga de honor" de la Semana de Cine de Valladolid, ha asegurado estar "emocionada" por "haber venido a España por primera vez a estrenar una película", en este caso, "Nadie quiere la noche", dirigida por Isabel Coixet.

En una multitudinaria rueda de prensa, la oscarizada actriz -por su papel en "El paciente inglés"- se ha centrado en este último trabajo, y así lo ha pedido a los periodistas porque, según ha advertido, ha hablado mucho de otras películas pero ahora el protagonismo debía ser para "Nadie quiere la noche".

En esta obra, Binoche se convierte en Josephine Peary, una mujer que acude en busca de su marido, el explorador estadounidense Robert Peary, en su expedición al Polo Norte, en un viaje en el que se mezclan "aventuras, descubrimiento interior, humanidad, lucha, coraje y amor".

Todo ello ha provocado que Juliette Binoche haya seguido en la película "un mes después de que terminara", porque ha supuesto un importante esfuerzo "físico y psicológico" y una forma de "llegar al extremo de la inhumanidad para rehacerse, conocerse y hacerse más humana".

"Josephine inicia este viaje en busca de su marido con mucho orgullo, segura de que tiene un Dios colgado que le ayuda, pero acaba sufriendo, descubriendo cosas que tenía dentro que desconocía y que le hacen más humana. Empieza como un pavo real y acaba como un perro", ha explicado.

Pero su fin es demostrar a su marido su amor por él: "son como la Angelina Jolie y el Brad Pitt de la época", ha comentado la artista, y eso le permite sacar las fuerzas necesarias para afrontar un largo invierno en un iglú, con la única compañía de Allaka, una inuit, con la que establecerá profundos vínculos emocionales.

Tal y como ha explicado la directora de esta película, Isabel Coixet, que también ha participado en la rueda de prensa junto a la intérprete francesa y el director de la Seminci, Javier Angulo, "Binoche ha dado alma, pasión, bravura y coraje al personaje" y por ello "no cabía la posibilidad de que lo interpretara otra actriz".

Desde el momento en el que recibió el guión de Miguel Barros pensó que "si el papel principal no lo hacía Juliette Binoche, no saldría", y se fue a buscarla a Avignon a darle el guión, aunque no sería hasta varios meses después cuando llamó para decir que sí, lo que causó las lágrimas de Coixet -que hoy ha vuelto a llorar al recordarlo-.

En opinión de la cineasta, "Binoche es la actriz más estimulante, desafiante y menos acomodada" que ha conocido, y eso hace "que uno se exija más y se esfuerce mucho", ha admitido, al tiempo que ha destacado el haber encontrado "a una creadora, una cómplice, una colaboradora" para dirigir esta obra.

En el caso de Binoche, lo que más le ha gustado de Coixet es que "es una directora que no tiene miedo de las emociones, de entrar en lo contradictorio de cada ser humano, de romper convenciones y desfasar y de encontrar otro ángulo para contar lo mismo pero desde otra perspectiva".

En este sentido, ha señalado que "se necesita lo femenino del ser, que está presente en todos, pero que en este caso esté en una mujer me encanta", de ahí que haya vivido "un proceso mental y físico" a la hora de abordar el papel de Josephine, "una mujer con un gran potencial interior".

Esta noche, después de haber estrenado "Nadie quiere la noche" en España y tras participar en el festival de Berlín, recogerá la "Espiga de Honor" de la Seminci "con humildad" y el agradecimiento hacia esos autores que vieron en ella lo que no sabía que tenía.

"Debería haberlo hecho antes", ha reconocido, "pero mi vida es muy compleja", ha concluido una Juliette Binoche muy alegre, junto a un Javier Angulo pletórico ya que, como ha confesado, llevaba "tres años" detrás de ella para que viniera a Valladolid, con lo que hoy ha cumplido el sueño de tener "a la actriz más importante del cine europeo".